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Ciencia y Tecnología

El evangelio perdido de Judas

Abr 25, 2006
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Por: Ítalo Violo V.

Nota: El Judas del cual se trata este artículo es el que según los evangelios traicionó a Jesús y no Judas hermano de Jacobo quien escribió la carta que lleva su nombre.

El evangelio perdido de Judas Iscariote permaneció escondido durante casi dos milenios en las profundidades de una cueva egipcia. Este no es un hallazgo del siglo XXI y siempre se ha sabido de su existencia más no su contenido. El mismo fue hallado en el año 1978 por un buscador de tesoros en una cueva de las miles que hay en el árido y culto desierto Egipcio. Sólo ahora sabemos parte de lo que dice, luego de un largo trabajo efectuado por expertos, científicos y eruditos. Aprovechando el furor de Semana Santa, National Geographic ha anunciado con ardid publicitario lo que podría ser el descalabro de la fe cristiana.

Como cristiano e investigador de las Escrituras judeo-cristianas, me he interesado en escudriñar lo que tiene que ver con esta noticia que está en primera plana. Leí las porciones que se han traducido de este evangelio, observé la premier mundial presentada por la National Geographic y las evindencias apuntan a que el documento es auténtico y no un intento de fraude. Es al parecer, un manuscrito de valor histórico incalculable, por lo tanto, digno de ser analizado.

Este evangelio se diferencia porque Judas Iscariote juega un papel prominente en el relato. La forma como está presentado personifica una apología del siniestro personaje y contradice abiertamente lo que los cuatro evangelios (Marcos, Mateo, Lucas y Juan) dicen.

Precisamente a este punto quiero llamar la atención y responder algunas interrogantes: ¿Es realmente auténtico? Si lo es, ¿qué prueba la autenticidad del evangelio de Judas? ¿Mintieron los otros evangelistas?

Los cristianos siempre han reconocido universalmente cuatro evangelios, sin embargo, en la antigüedad circularon muchos libros llamados apócrifos u oscuros y eran abiertamente rechazados por la mayoría de los judíos y cristianos de su tiempo, tal como el evangelio de Judas fue condenado como herético por Ireneo en el año 180 DC.

Muchos de ellos eran pseudoepigráficos, es decir, eran escritos por personas que con sus ideas propias y cierta intencionalidad colocaban como autor a un personaje reconocido para darle validez a lo que deseaba comunicar. Era exactamente lo contrario de lo que hacen los que plagian escritos en la era moderna.

Muchos libros, escritos y cartas ajenos al cánon bíblico han circulado pretendiendo haber sido escritos por sus héroes. Todos se caracterizan por contradecir a la Biblia, presentar hecho e ideas fantásticas, ser escritos mucho tiempo después de haber ocurrido los hechos y ser pseudoepigráficos.

Al comparar el evangelio de Judas con los evangelios de la Biblia y con el mensaje que ésta transmite podemos apreciar ciertas dificultades porque contradice el mensaje y la intencionalidad de todos los escritores bíblicos, su lenguaje es claramente de tendencia gnóstica, totalmente diferente y contrario a la forma escritural de los escritores canónicos.

Respecto a su autenticidad, ya hemos mencionado que las pruebas indican que lo es. Lo que tendríamos que decir es que el mismo no es fidedigno porque no pudo ser escrito por el entonces fenecido Judas y se corresponde al pensamiento de una secta filosófico-religiosa de origen griego contemporánea con el inicio de la iglesia llamados los gnósticos, cuyas enseñanzas son claramente debatidas y refutadas por las cartas apostólicas. Estaríamos, por tanto con un libro tan auténtico como el de cualquier filósofo griego pero con enseñanzas erróneas.

¿Qué prueba el evangelio de Judas?

Por ahora, reflexionaremos lo siguiente: Primero, este códice, debido a su antigüedad, demuestra una vez más la historicidad de Jesucristo.

En segundo lugar, demuestra que las palabras del apóstol Pablo en su despedida en la ciudad de Mileto son ciertas cuando dijo: » Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.» Hechos 20:29,30 «Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad» 2 Tesalonicenses 2:7

Claramente, Pablo advirtió acerca de una costumbre que ya existía en sus días. Aquellos que hemos manoseado muchas veces el texto bíblíco podemos reconocer el espíritu con el cual fue escrito ese libro tanto como el cajero bancario reconoce un billete falso en un manojo de dinero.

Comparado esto con la hermosa concordancia de los escritores sagrados podemos concluir que los cristianos no tenemos nada que temer respecto a la certeza de nuestra fe.

La arqueología añade cada día elementos que confirman la certeza de los relatos bíblicos , además, el conocimiento adquirido por el estudio de Las Escrituras con fe y oración, evitará titubear ante cualquier viento de doctrina que aparezca., por tanto escuchemos el consejo Paulino: «…os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra». 2 Tesalonicenses 2:1,2

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