Se enciende polémica en la Iglesia Episcopal de EEUU por su aprobación de las relaciones homosexuales
Dos de las iglesias o parroquias episcopales más grandes del estado de Virginia acaban de votar abrumadoramente a favor de separarse de la Iglesia Episcopal y unirse a los conservadores de la Iglesia Anglicana que están formando una denominación propia en Estados Unidos.
Otras seis parroquias de Virginia votarán este mes para decidir si se separarán a su vez. Hace dos semanas también, la diócesis de San Joaquín en California votó a favor de cortar sus lazos con la Iglesia episcopaliana, una decisión que tendrá que ser confirmada con un segundo voto el año que viene.
Los disidentes comprenden casi el 10 por ciento de los 90.000 episcopalianos en la región de Virginia, y las dos congregaciones (Truro y Falls) que votaron ayer para escindirse tienen sus orígenes en el siglo XVIII y se cuentan entre las más grandes en el estado de Virginia.
TRURO Y FALLS
El noventa por ciento de los parroquianos de la Iglesia Falls y 92% de los miembros de Truro que votaron en los últimos días apoyaron separarse de la Iglesia Episcopal.
La Iglesia Truro en Fairfax y la Iglesia The Falls, en la ciudad del mismo nombre, planean aceptar el liderazgo de Peter Akinola, el arzobispo anglicano de Nigeria, quien ha calificado la creciente aceptación de las relaciones homosexuales entre algunas denominaciones evangélicas como un «ataque satánico» dentro de la iglesia cristiana.
Por lo tanto, The Falls y Truro, con aproximadamente 3.000 feligreses, responderán ante la autoridad del arzobispo Akinola, líder de la Iglesia anglicana de Nigeria que cuenta con 17 millones de miembros.
BAJO LA TUTELA DE NIGERIA
El arzobispo Akinola espera crear una alianza estadounidense de parroquias escindidas llamada Asamblea de Anglicanos de América del Norte. Previamente este año, el líder de la iglesia de Truro, Martyn Minns, fue consagrado obispo de la Iglesia de Nigeria para encabezar a los fieles leales a Akinola en Estados Unidos.
Casi todas las parroquias disidentes han elegido unirse a congregaciones más tradicionales de África, Asia y América Latina. Se estima que el 15 por ciento de los episcopalianos abandonarían su Iglesia si sus congregaciones pudieran quedarse con sus edificios y propiedades y permanecer en la Comunión Anglicana.
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