Papa ofrece «absolución» a mujeres que han abortado
ROMA.- El anuncio del Papa Francisco por las indulgencias del Jubileo de la Misericordia, que inició en este mes incluye el «perdón» a las mujeres que han tenido abortos. Este «perdón» se puede obtener en varias iglesias en el mundo e incluso para las mujeres que están muertas.
La Iglesia Católica puede perdonarlos si cumplen con ciertos procedimientos. Esta absolución va desde el comienzo del Año Santo de la iglesia, iniciando desde el 8 de diciembre y se extiende hasta el 20 de noviembre 2016.
El Papa dijo que entendía el drama personal de quien pasó por eso. «Sé que es un drama existencial y moral. Conocí a muchas mujeres que llevan en sus corazones las cicatrices causadas por esta elección sufrida y dolorosa», dijo el pontífice.
Para aquellos que tienen dificultad para entender el anuncio, el padre Geraldo dos Reis Maia, rector del Colegio Católico Pio Brasileiro en Roma, administrado por la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, explica: «La absolución del pecado del aborto es una prerrogativa de los obispos que en situaciones particulares, podrán delegar esta función a los sacerdotes. Sin embargo, durante el Año Santo, para facilitar aún más el perdón, el Papa Francisco otorgó esta facultad a todos los sacerdotes».
Para recibir la indulgencia es necesario que los fieles a su vez se dirijan a una iglesia católica, a confesar y comulgar. En el caso de personas fallecidas, la indulgencia se puede obtener también a través de las oraciones ofrecidas por familiares o amigos.
«La misericordia no sólo puede ser concedida a la mujer que optó por la interrupción del embarazo, sino a cualquier persona que de alguna manera contribuyó a la aparición del aborto», dice el padre Geraldo.
Jubileo del Año
La tradición católica del Año Santo (o Año del Jubileo) comenzó en el año 1300. En un primer momento, la manifestación ocurría una vez cada siglo. Poco a poco llegó a ser promulgado cada 50 años. Desde 1475, son realizados cada 25 años para permitir que los fieles de cada generación puedan participar en por lo menos un Año Santo. El evento puede ser anunciado por el Papa en situaciones de especial importancia. El último de ellos tuvo lugar en 2000, por decreto del Papa Juan Pablo II.
