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Sectas

La secta Creciendo en Gracia se extiende vertiginosamente en Argentina

Ene 27, 2009
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La controvertida agrupación religiosa Creciendo en Gracia, que sostiene que su líder es Dios en la Tierra, Jesucristo hombre y el Anticristo, está muy activa en la Argentina. La secta de José Luis De Jesús Miranda ya tiene seis sedes, dos de ellas en el Gran Buenos Aires. El diario Perfil participó del culto en uno de los “centros educativos” de una secta creada por un portorriqueño con un pasado de cárceles y drogas, y a quien la Justicia norteamericana acaba de condenar porque usa las donaciones, que ya le permitieron acumular cuatro millones de dólares, para su propio beneficio.

En el artículo está firmado por Michelle Chapochnick. A simple vista parece una de las clásicas zonas residenciales de San Justo, donde sólo algunos automóviles y transeúntes interrumpen la sosegada vida de una calurosa y tranquila tarde de verano dominical. Pero en esa localidad, en la calle Anchoris, “habita” un mundo desconocido para la mayoría de los argentinos. Se trata del grupo religioso Creciendo en Gracia –que cree que su líder, José Luis De Jesús Miranda, es Dios en la Tierra–, que tiene una iglesia en la zona del Conurbano.

Cerca de las 6.30 de la tarde, el pastor del centro educativo (como llaman a cada una de sus sedes) de San Justo, Vicente Martín Rueja, abre las puertas del local que separa al mundo real de calor y concreto de ese “mundo” donde no hay muerte, enfermedad, ni pecado (como ha sostenido su fundador que tiene un pasado de presidiario y drogadicto).

Rueja dirige uno de los seis centros que tiene la organización en la Argentina, donde el grupo se instaló en 1997 (fijando su casa central en Rosario), y de las 327 filiales que posee la agrupación a nivel mundial. Este movimiento ha crecido de forma sostenida en los Estados Unidos y Latinoamérica, desde que en 1986 De Jesús inscribió legalmente a la agrupación como Ministerio Internacional Creciendo en Gracia. Trece años después de lo que él mismo denominó la “revelación”: “Cuando Jesús se me metió adentro y me dio su mente, mientras me visitaban ángeles en un sueño”, ha señalado el puertorriqueño de 62 años para explicar que él es Jesucristo hombre y representaba la segunda venida de Jesús.

El poder del marketing

Creciendo en Gracia invierte miles de dólares en marketing cada año para sumar adeptos en los cinco continentes (se desconoce el monto exacto gastado por ese concepto). La crisis no los afecta: los tiempos difíciles son vistos como grandes oportunidades para llegar a las personas con carencias y problemas. El grupo es dueño de un canal de televisión satelital llamado Telegracia. El canal llega a través del cable a treinta ciudades de la Argentina y a cerca de doscientas de América latina. Se transmite durante las 24 horas.

Cuenta con numerosos programas pagados de televisión en casin33 países donde tienen presencia. Tiene más de cien programas de radio en el mundo, ocho en la Argentina. Cuenta con publicaciones en diversos diarios y revistas del mundo. Poseenuna página de Internet donde –entre otras cosas– se pueden escuchar las prédicas semanales (calqueos) de José Luis De Jesús Miranda. Pastores y fieles entregan regularmente miles de grabaciones con las enseñanzas de De Jesús a hogares y personas en todo el mundo. Lugares públicos –como colectivos y calles– son los más usados por los miembros en la Argentina para abordar a la gente y entregarles folletos y CDs. También tienen fuerte presencia en las cárceles.

Sea por desviación de las religiones tradicionales, importación de cultos asiáticos o africanos, o resurgimiento de grupos new age de los 70, en la Argentina ya existen unos 2.800 cultos anotados en el registro del Ministerio de Relaciones Exteriores. Muchos de ellos, como Creciendo en Gracia, pueden ser considerados sectas, según la definición más utilizada por los especialistas: “grupos de manipulación psicológica”. No hay estadísticas oficiales sobre sus miembros, aunque las investigaciones más destacadas señalan una mayor presencia de sectas en el país desde fines de los 90, “aunque cada vez con un dogma más light y no tan extremista”, explicó a Perfil Alfredo Silletta, un especialista con doce libros sobre el tema en su haber.

“Funcionan con manipulación, con un líder muy carismático que tiene la verdad revelada, sabe algo que nadie más sabe y con tres etapas de desarrollo: captación, adoctrinamiento y retención, es lo mismo en nuestro país que en todo el mundo”, añade Silleta. Creciendo en Gracia, según él, utiliza La Teología de la Prosperidad, como herramienta para captar fondos. Esto supone que quien tiene mayores ingresos, más rápido será recompensado, siempre y cuando aporte más dinero a la causa. Estudios de especialistas coinciden en señalar que durante la crisis económica fue cuando más adherentes tuvieron las sectas. “La gente buscó lo mágico para zafar”, dice Silleta.

RIES

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