500 mil personas pertenecen a sectas en España, muchas se camuflan como evangélicas
La Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), asegura que unas 500.000 personas pertenecen a sectas en España, según, el sacerdote Luis Santamaría del Río y Vicente Jara, en la presentación del libro: ‘¿Qué ves en la noche? Religión y sectas en el mundo actual’, las sectas en España se calculan en más de cien, aunque ha apuntado que la estimación es «muy difícil» ya que muchas de ellas cambian de nombre o se camuflan bajo la apariencia de grupos pentecostales o evangélicos, informa la agencia Europa Press.
Las sectas han proliferado y está «creciendo» el número de personas que pasa a formar parte de ellas, no sólo en España, pues estiman que un 1 por ciento de la población de los países occidentales pertenece a alguna, según explican los expertos en su libro.
Concretamente, Jara ha indicado que, en España, la máxima concentración de sectas se da en Madrid, a la que le siguen las costas de Levante, Andalucía y el norte, pero la proporción es mayor en los extremos de la Península donde hay más población extranjera y la religiosidad es «más voluble», y menor en las Castillas, donde predomina la población rural de tradición cultural católica arraigada.
Según Santamaría, las sectas están aprovechando que la sociedad actual vive según su juicio y «el vacío» que ha dejado la Iglesia en ellos, aunque no dice que vacío ha dejado la iglesia en estas personas.
«No existe una legislación específica» para controlar las sectas, y ante esta falta de normas, se ha propuesto no perseguir a estos grupos por llamarse ‘sectas’ sino por sus actividades –evasión fiscal, control mental, etcétera–.
Las sectas más grandes en España
En cuanto a las sectas con más seguidores, Jara ha destacado que la más grande son los Testigos de Jehová –unos 150.000– seguidos por los Mormones –hasta 40.000–. En cualquier caso, ha advertido de que el «gran bloque» es el integrado por «grupúsculos» que ofrecen talleres, sesiones, libros y prácticas de magia blanca, entre otros, algo que han denominado ‘La Nueva Era’.
En estas prácticas a veces participan personalidades como políticos o gente importante del mundo de las finanzas o la banca.
Algunas formas para que los ciudadanos puedan distinguirlos, es que ellos ejecutan el control de los movimientos y de la información que recibe el individuo, el control de su sexualidad, la dinámica del ‘premio-castigo’, la petición de un diezmo, y la manipulación de la mente de la persona para que rechace a su familia y todo lo que hay fuera del grupo.
