Sacerdote se burla del rapto de la iglesia, dice que es «invento»
NOTICIACRISTIANA.COM.- Un sacerdote católico en medio de una misa ofrecida a sus fieles, es viral a través de las redes sociales, tras atacar a la comunidad evangélica bajo una explicación que daba sobre el tema de «la segunda venida de Cristo» y el «rapto de la iglesia».
Se trata del sacerdote Luis Toro, misionero de la Misericordia, quién se burló de la teología bíblica cristiana evangélica y ante sus fieles los llamó locos e inventores.
En su explicación, entre risas y sarcasmo decía: «no existe el rapto de la iglesia», el rapto es como un secuestro, y Cristo no viene a secuestrar». En su doctrina católica el sacerdote reforzó que como iglesia ellos si enseñan y creen en la segunda venida de Cristo; pero no en que Cristo va a raptar a su iglesia en los aires antes de venir a la tierra, dijo.
«Los hermanos separados se confunden y dicen que Cristo viene a raptarnos, así como el águila rapta a su presa», ¿A quién se lleva al evangélico y a quién deja, al católico? dijo el sacerdote en medio del sermón.¡Esa es la enseñanza protestante! pero son unos falsos mentirosos.
El sacerdote aseguró que los evangélicos «no creen en la segunda venida de Cristo», ellos creen en tres. Ellos creen en que serán raptados, ¿Dónde vió usted que uno es raptado? dijo el sacerdote. Si ellos cuando mueren, los entierran. ¡No son raptados!, dijo entre risas…
«Si fuera posible el rapto eso se daría estando uno vivo; así como María fue llevada al cielo en cuerpo y alma«. Los evangélicos son mentirosos y falsos, asegura el sacerdote.
¿Maria, la madre de Jesús, fue llevada al cielo?
Durante toda la vida de Jesús, María creía en él, no solo como hijo, sino como el salvador. Dios describió a María la madre de Jesús como «muy favorecida» (Lucas 1:28).
La frase muy favorecida viene de una sola palabra griega, que esencialmente significa «mucha gracia». María recibió la gracia de Dios.
La gracia es un «favor inmerecido», es decir, la gracia es una bendición que recibimos a pesar de no merecerla. María necesitaba la gracia de Dios y también un Salvador, como el resto de nosotros. María misma lo entendió, como lo declaró en Lucas 1:47 «Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador».
Al morir Jesús,fue allí en la cruz donde el Cristo le pidió a Juan que sirviera como hijo de María, y Juan llevó a María a su casa (Juan 19:26-27). María también estaba con los apóstoles el día de pentecostés (Hechos 1:14).
Sin embargo, a María nunca más se menciona de ella después del capítulo 1 de Hechos.
Los apóstoles no le dieron a María un papel prominente. «La muerte de María no se registra en la biblia ni su asunción en los cielos a como asegura el sacerdote». No se dice nada acerca de que María hubiera ascendió al cielo o tenido un papel de exaltación allí.
Se sabe que como madre terrenal de Jesús, María debe ser respetada, pero no es digna de nuestra reverencia o adoración. María era una mujer justa y favorecida por Dios (Lucas 1:27-28). Al mismo tiempo, María era un ser humano pecador que necesitaba a Jesucristo como su Salvador, como todos los demás (Eclesiastés 7:20; Romanos 3:23; 6:23; 1 Juan 1:8).
La Biblia y el rapto de la Iglesia
Descartando que María fue llevada a los cielos o raptada a como asegura el sacerdote y que a la vez se contradice a la luz de la palabra; aunque la expresión de “arrebatamiento o rapto” no se utiliza ni una sola vez en la Biblia, «es el nombre que se ha dado a la ocasión en que Jesús descenderá del cielo a buscar a los que le han amado por sobre todo en esta tierra, y han sido sus fieles discípulos».
La Biblia si registra un acontecimiento que está por verse pronto: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor». Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.” 1 Tesalonicenses 4:16-18.
Al escudriñar las sagradas escrituras sabrás que los discípulos de Cristo que ya han muerto resucitarán primero, y los que aún viven en Cristo se unirán a ellos. Todos juntos serán arrebatados en cuerpos incorruptibles para encontrarse con Jesús en el aire.
“Porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.” 1 Corintios 15:52-53.
Y finalmente recordaremos esta promesa donde el mismo Jesús antes de irse a los cielos dijo que «Vendría por su pueblo», por los suyos… «No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes.
Voy a prepararles un lugar. Y, si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté».
(Juan 14:1-3)
Las palabras e intenciones del sacerdote quedan nulas y no aplican ante las promesas que el mismo Jesucristo dejó a sus hijos y su pueblo. Muchos confiadamente esperan este acontecimiento pronto para ir a morar eternamente con él en las moradas celestiales.
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