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Guerrillero de FARC impactado por Dios tras no poder matar a pastor
Evangelismo

Guerrillero de FARC impactado por Dios tras no poder matar a pastor

Dic 17, 2018
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COLOMBIA. – De perseguidor de cristianos a cristiano perseguido. Ese fue el cambio que la experiencia sobrenatural con Dios cambió la  vida de Jasar*, un ex guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se convirtió en pastor en la zona de los militantes.

En una entrevista exclusiva con Guiame en colaboración con la organización Open Doors, Jasar recuerda su primera experiencia con Dios fue a los 16 años, cuando trató de matar a un pastor. En la época, él lideraba a más de 3.000 hombres en la guerrilla. A causa de la filosofía comunista y socialista del grupo, él era un ateo convencido.

«Yo salí para matar a un pastor, pero Dios no lo permitió. Él reveló su gloria, guardando la vida de este pastor, para que yo pudiera conocer el plan de salvación», contó Jasar. Él recuerda que en la ocasión dio dos opciones al pastor: renunciar a Jesucristo o morir.

«Ese hombre no salió del lugar. Entonces saqué mi arma para matarlo, pero el Espíritu Santo me neutralizó. Me quedé sudando, temblando y asustado. Él levantó su Biblia y dijo: ‘Si me matan, Jesús levantará a muchos hombres para predicar la Palabra en estas montañas’, relató.

«Traté de matarlo de nuevo, pero no conseguí sacar mi arma. Entonces él usó la Biblia por segunda vez: ‘Desde que te estaba generando en el vientre de tu madre, yo ya te había elegido para que puedas predicar la Palabra’. Me quedé con mucha rabia, le dije que se quedara quieto y le dije que Dios no existía. «Traté de matarlo de nuevo, pero yo no podía sacar mi arma», agregó.

«Por tercera vez, ese hombre con la Biblia me atacó: ‘Temprano o tarde Dios te sacará de las montañas para que prediques el Evangelio en el mismo lugar donde ya mataste a tantas personas, porque tienes un llamado como pastor y evangelista’. «Yo no conseguí matar a ese hombre y le mandé que saliera», recordó. «Este día fue terrible, nunca había sentido tanto miedo. Yo sabía que Dios estaba guardando la vida de ese pastor”.

Desde entonces, Dios comenzó a hablar con Jasar de varias otras formas: él tuvo sueños, visiones y recibió profecías de muchas personas. Una de ellas era su esposa, que fue creada como cristiana y se alejó de Dios cuando se involucró con las FARC. «Después de casarme con ella, ella pasó a profetizar en mi vida y diariamente hablaba de la existencia de Dios. De tanto insistir que Dios es real, yo empecé a amenazarla de muerte», dijo Jasar.

Experiencias sobrenaturales

Un día, antes de salir a un ataque militar, Jasar se fue a despedir a su esposa, que en aquella época estaba embarazada, pues las parejas guerrilleras no combaten juntos. «Cuando estábamos separándonos a la lucha, ella profetizó sobre mi vida: ‘Jasar, existe una vida mejor. Dios existe. Yo quería vivir con usted una vida civil, donde no hay guerrilla, y criar a nuestros hijos con la bendición de Dios. Pero nuestro hijo y yo vamos a morir para que seas salvo. Yo no sabía por qué hablaba así, pero era un plan de Dios».

Esa fue la última vez que Jasar vio a su esposa. Siete días más tarde, se le informó por radio que había sido muerta por el Ejército Nacional de Colombia. A partir de eso, él pasó a tener experiencias con Dios en sueños, oyendo de Jesús la frase: «Arrepiéntase, pues usted morirá».

Una de las experiencias más sobresalientes ocurrió en una noche, cuando Jasar tuvo la visión de su espíritu saliendo de su cuerpo, si él muriese sin Cristo. «Yo vi el espíritu de muerte cogiéndome y llevándome a la boca del infierno. El espíritu mal me llevaba de la mano y vi mi cuerpo muerto allá abajo. En ese momento, me acordé de todas las maldades que yo había hecho en mi vida «, relató.

«Vi un túnel que llevaba al centro de la Tierra, donde había un lugar que cogía fuego y bichos se comían a las personas. La gente gritaba allá abajo, colocando la culpa en su familia y en la iglesia por no haber predicado el Evangelio. Cuando eso sucedió, una voz en el cielo dijo: ‘¡Pare! Jasar, yo soy Jesús de Nazaret. Arrepiéntete porque ciertamente morirás y vas a la condenación eterna».

Jasar pasó 23 años de su vida como guerrillero de las FARC, hasta que llegó el día en que Dios cambió su identidad.

Salida de la guerrilla

Liderados por Jasar, un grupo de guerrilleros planeó el ataque a una patrulla armada del Ejército colombiano. Un espía de las Farc avistó el lugar antes de la ofensiva, pero no percibió que el lugar estaba rodeado por militares. Era una emboscada. Después de que Jasar dio voz de mando al ataque, fue rodeado por oficiales y todos los guerrilleros huyeron.

El líder guerrillero estaba provisto de 375 balas, una pistola, un fusil AK-47 y algunas granadas. Él resistió a los militares por más de una hora, hasta que su munición se acabó y él fue acorralado. «Para un guerrillero, su dios es su arma y su munición, entonces el guerrillero aprende que debe guardar dos balas en el bolsillo de la camisa si algo va mal. No podía entregarme. Si me entregaba ellos me matarían o sería condenado a cadena perpetua por los crímenes que cometí «, pensó en el momento.

En ese instante, Jasar colocó la pistola en la cabeza, pero ella no disparó. «Alguna cosa empezó a suceder conmigo. Yo empecé a escuchar las voces de los cristianos que fueron muertos, diciendo que eran hijos de Dios y que Cristo existía. Oía la voz del pastor que había intentado matar. Yo recordaba el espíritu de la muerte lanzándome al lago de fuego. Escuché a Jesús diciendo: ‘Arrepiéntase, porque usted va a morir’. Oí la voz de mi esposa: » Arrepiéntase, porque vas al infierno».

 

«Yo dije: ‘Si el Dios de los evangélicos existe y me quita de aquí, voy a servirle hasta la muerte’. En ese momento, empecé a perder la conciencia. Me pareció que el tiro había golpeado mi cabeza, pero empecé a sentir un viento fuerte. Cuando reanudé mi conciencia, yo estaba a más de 1 kilómetro fuera del cerco militar. Estaba arrodillado y llorando, eso nunca había sucedido conmigo. Vi un helicóptero que estaba ametrallando la montaña y, cuando miré al cielo, oí una voz diciendo: ‘Jasar, yo soy Jesús de Nazaret. Te saqué de la batalla. Levántate, huye y nunca vuelvas a la guerrilla», agregó.

En ese día, Jasar entregó definitivamente su corazón a Cristo y dejó de ser un guerrillero. «De perseguidor de la iglesia, ahora soy un cristiano perseguido. «Estoy predicando el Evangelio en el mismo lugar donde hice todas las maldades, en medio de la guerrilla y de las montañas, porque así fue profetizado por mi esposa que murió y por el pastor que intenté matar», observó.

Deudas que se perdonaron

Jasar pasó a ser perseguido como desertor por las FARC y criminal por el Ejército de Colombia. Después de un momento de ayuno y oración, fue dirigido por Dios a presentarse en la Dirección Nacional de Inteligencia (conocida anteriormente como DAS) para buscar su certificado de antecedentes penales y pagar por los crímenes que estuvieran en el sistema.

«Me quedé con mucho miedo, porque vi que mi fotografía estaba en la pared cuando yo había sido capturado años antes», recordó. «El funcionario del DAS me llamó y sacó mi ficha. Yo quería salir corriendo, porque yo estaba con mucho miedo. Pero una voz me decía: ‘No corras, yo soy Jesús de Nazaret, yo te liberé. Te trajo aquí para ser libre. El funcionario me entregó el certificado, me abrazó y dijo: ‘Es de hombres así que Colombia lo necesita, no tiene antecedentes penales’.

Jasar no tiene deudas con ninguna institución militar de Colombia o internacionalmente. Él cree que «Dios purifica al hombre de todo pecado y nos hace libres».

Hoy es pastor en la misma región donde actuaba como guerrillero. Hace más de un año, plantó tres iglesias en el lugar, que hoy cuentan con 15 ex guerrilleros, 102 miembros adultos y 131 niños.

Aunque la persecución en Colombia se restringía a los campos, Jasar no quiere tener una vida más tranquila en los grandes centros del país. «Antes de mi conversión, Dios había profetizado que me colocaría en lugares de peligro. Como hombre, mi carne tiene ganas de salir de allí. Pero cuando pienso eso, siento en el espíritu que Dios no me mandó salir de allí. Si muero ahora o sigo vivo, está en las manos de Dios. Para mí el vivir es Cristo, y morir es ganancia».

* No es su nombre real por razones de seguridad.

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