Marcos Witt: “Un periodista chileno ha cuestionado mi visión ministerial”

Tengo 26 años en el ministerio a tiempo completo. A través de todos estos años ha sido el más alto de los honores representar al precioso Cuerpo de Cristo en América Latina. Lo seguiré haciendo hasta que regrese el Señor. No existe otro camino para mí. Estoy firme en esta convicción: Soy Cristiano, Evangélico y firme seguidor de Jesucristo. El hecho que alguien cuestione eso no es solamente ilógico, dado los años que tengo de servir al Señor, pero ofensivo. Lo cual me lleva a una pregunta difícil pero necesaria: ¿Por qué los cristianos somos tan prontos de creer lo que escribe un periodista sin nombre, en lugar de reconocer los frutos de un ministerio que lleva más de 26 años? No es cierto que Jesús dijo que el árbol se conocerá por sus frutos (Mateo 7:16). Además, el Señor tiene otras palabras más fuertes acerca de aquellos que siembran discordia entre los hermanos (Proverbios 6:16-19) y la nota de aquel periodista, escrita con irresponsabilidad, ha sembrado discordia y causado confusión.

No soy ecuménico. Nunca he sido. Nunca lo seré. Creo firmemente en lo que la Reforma Protestante logró.

Además de eso, me siento bastante incómodo con la dirección del nuevo papa que no reconoce a ninguna otra iglesia más que la romana. Es un error gravísimo de su parte porque se regresa al camino del aislamiento y la arrogancia eclesiástica. Sin embargo, antes de que él hiciera esas declaraciones, acepté una invitación a ministrar a un evento que reunió unas iglesias evangélicas con algunos católicos carismáticos en la ciudad de Buenos Aires. Mi objetivo al ir: Brillar la luz de Jesús, como lo intento hacer en todos los lugares a donde voy.

En una conferencia de prensa que se celebró en el evento mencioné que era interesante que los carismáticos católicos se habían reunido con los Cristianos Evangélicos para desarrollar un dialogo teológico sobre las cosas que nos unían a ambos. Ese dialogo me pareció un camino interesante. El camino de la confrontación, la acusación y el aislamiento es el que escogieron mis abuelos y mis padres y ya conocemos los resultados de esa decisión: aislamiento, confrontación y acusación. Al referirme a un nuevo camino, me refería a esta nueva actitud: Una de respeto, de dialogo y de acercamiento. No me refería a ninguna otra cosa y definitivamente no me refería a dejar mi llamado de ser Embajador Evangélico del Cuerpo de Cristo.

Algún día tendremos periodismo serio en el Reino. Nos falta aún. Acciones como las que tomó el periodista chileno y el portal que publicó su obra, me hacen saber, tristemente, que aún nos queda mucho camino por recorrer. No es decir que no hay periodistas Cristianos serios. Si los hay. Espero que cada día el Señor levante a más de ellos.”