NOTICIACRISTIANA.COM.- El director de una escuela islámica privada en el este de Uganda, sufrió quemaduras de tercer grado y fue despedido, después de que los funcionarios lo escucharan orar como cristiano, dijo.
Yusufu Mwanje dirigía la escuela primaria Ibunbaz en el pueblo de Bugiri, distrito de Bugiri, hasta que perdió su trabajo tras el ataque del 2 de abril.
Mwanje dijo que un empresario cristiano que proporcionó equipo para la escuela, solía orar en su oficina en presencia de otro personal musulmán, una presencia bienvenida especialmente después de la pandemia de 2020. Sus oraciones abrieron su corazón a Cristo, dijo Mwanje.
Fe en secreto
A medida que él y el proveedor discutían más sobre el cristianismo, Mwanje puso su fe en Cristo a principios de este año, dijo.
“Quería mantener en secreto mi fe en Cristo y comencé a perderme las oraciones de los viernes, mientras asistía a las oraciones de la tarde en la iglesia”, dijo Mwanje a Morning Star News. “Algunos maestros musulmanes notaron mi ausencia y lo informaron a la junta directiva de la escuela”.
En una reunión con la junta escolar el 27 de marzo, le preguntaron a Mwanje por qué no participaba en las oraciones regulares de la mezquita.
“Les dije que estaba orando desde mi casa”, dijo. “Ellos aceptaron, pero muy a regañadientes”. El 1 de abril, dijo Mwanje, se despertó a las 3 a.m. para orar en el nombre de Cristo, como supo del proveedor, cuyo nombre se ocultó por razones de seguridad.
“No sabía que alguien estaba escuchando y grabando las oraciones”, dijo, refiriéndose a un empleado de la escuela que vivía al lado de su casa. “Oré hasta las 4:30 a.m. y luego me preparé para ir a la mezquita porque quería proteger mi trabajo”.
Cuando se despertó temprano al día siguiente y volvió a orar, el miembro del equipo reunió a otros maestros para espiarlo, dijo Mwanje».
«Infiel y mentiroso»
“Cuando terminé las oraciones a las 4:45 am y comencé a prepararme para ir a la mezquita a orar, escuché que llamaban a la puerta”, dijo. “Cuando abrí la puerta, había gente afuera. Comenzaron a gritar: ‘¡Alá akbar [el eslogan yihadista, ‘Alá es más grande’]! ¡Allah Akbar! ¡Allah Akbar! Este es un kafir [infiel], esto es un kafir… Me agarraron y me llevaron dentro de la mezquita y empezaron a golpearme y acusarme de dirigir una escuela musulmana, pero me convertí al cristianismo. Otros gritaban: ‘Mentiroso, mentiroso, mentiroso… Merece la pena de muerte’.
“Recuerdo que [el proveedor] me dijo que en tiempos de persecución debería gritar el nombre de Jesús”, dijo Mwanje. “Cuando mencioné el nombre de Jesús en voz baja, un atacante dijo: ‘Azab Azab’, que significa ‘castigo’ en árabe. Inmediatamente, dos maestros islámicos llamados Ustaz Hamudan y Hashim Sajabbi, trajeron dos latas viejas, las encendieron y comenzaron a quemarme con ellas. Fue muy doloroso. Me desmayé».
Un anciano maestro islámico, Alhaji Bruhan, intervino y les dijo que no lo mataran, que Alá lo mataría, dijo Mwanje. “Dio instrucciones a algunos para que me llevaran a la clínica de la escuela para recibir tratamiento”, dijo. “Entonces me di cuenta de que Jesús había venido a salvarme”.
Despedido por ser cristiano
En la clínica le dieron un analgésico. Luego, los funcionarios escolares convocaron una reunión y lo despidieron de su puesto en la escuela. “No me llevé nada de mi propiedad, me fui con las manos vacías”, dijo.
Mwanje llamó al proveedor cristiano, quien llegó a su casa y lo llevó a un lugar de la iglesia, donde fue tratado durante cinco días antes de ser trasladado al Hospital Iganga. Continuó recibiendo tratamiento por quemaduras de tercer grado en la pierna y quemaduras de segundo grado en la espalda, que presenta ampollas e inflamación.
Dos de los hijos de Mwanje permanecen en la escuela, donde, junto con otros, están memorizando extensos pasajes del Corán. Tiene seis hijos de entre 5 y 20 años.
El ataque fue el último de muchos casos de persecución de cristianos en Uganda que ha documentado Morning Star News.
La constitución de Uganda y otras leyes contemplan la libertad religiosa, incluido el derecho a propagar la propia fe y convertirse de una fe a otra. Los musulmanes representan no más del 12% de la población de Uganda, con altas concentraciones en las zonas orientales del país.
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