Un culto donde se sintió el poder del espíritu Santo se llevó a cabo en el reclusorio de máxima seguridad “Pericles Namorado” ubicado en la congregación de Villa Aldama Veracruz, donde al mismo tiempo 250 internos aceptaron a Cristo como su único y suficiente salvador.
El evento, único en el estado de Veracruz, México se llevó a cabo gracias al apoyo de las autoridades de Prevención y Readaptación Social que dirige el licenciado Cirilo Rincón Aguilar y el director de dicho Cereso licenciado Enrique Parra Landa.
El pastor Gonzalo Jiménez, con los líderes de su iglesia “Jesús de Nazaret” acudió al reclusorio de Villa Aldama y dar un mensaje de Cristo a todos los internos de este penal.
Primero la alabanza y luego los internos presentaron una obra con un mensaje de quien es él único que le puede dar la salvación y vida eterna, una obra que lleno de gozo a quienes estuvieron presentes, entre ellos funcionarios de Prevención y Readaptación Social.}
Lo que llamó la atención fue que los cerca de 300 internos, tiempo atrás acusados por un delito y algunos sentenciados a largas condenas, fueron tocados por el espíritu santo, unos con la Biblia en la mano, otros de rodillas, otros llorando pidiendo perdón por sus pecados.
Posteriormente cuando el pastor Gonzalo Jiménez hizo el llamado, todos como uno sólo hicieron la confesión de fe, aceptando a Cristo como su único y suficiente Salvador.
Funcionarios de la DGPRS fueron testigos de este histórico hecho donde el 20 por ciento de la población interna hicieron la confesión de fe y por supuesto que hubo fiesta en el cielo, porque Cristo dijo, que levantaría al mas vil de los hombres para avergonzar al diablo y hoy esos hombres que una ves se vieron envueltos en problemas penales hoy tienen a Cristo en su corazón y su condena se hará menos larga.
Hoy las autoridades de Prevención y Readaptación Social saben que estos internos nos les darán problemas y han abierto sus rejas para que los grupos evangélicos del estado de Veracruz ingresen a dicho lugar a predicar la palabra de Dios dándoles todas las facilidades.
Por Cecilio Baltazar Miranda.
