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Sociedad

Estados Unidos rinde homenaje a la memoria de Martin Luther King

Ene 22, 2008
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El lunes 21 de enero, los estadounidenses honraron como cada año y el tercer lunes de enero, la memoria de la vida y los logros del reverendo Martin Luther King Jr., (1929–1968), laureado en 1964 con el Premio Nóbel de la Paz y la persona a quien más se asocia con los triunfos del movimiento de derechos civiles de los afro estadounidenses durante las décadas de 1950 y 1960.

Mientras se celebran actividades en toda la nación y naturalmente los candidatos a la Casa Blanca toman su nombre como un “baluarte”, las autoridades en Washington informan que los trabajos de la construcción del monumento que se levantará en su memoria, avanzan rápidamente y que próximamente, el mundo contemplará la obra.

Organizador político, orador diestro y propugnador de la protesta pacífica, King fue fundamental para convencer a sus compatriotas de poner fin a la segregación legal que prevalecía en el sur y en otras regiones, y para encender el apoyo a la legislación de derechos civiles que estableció la estructura legal de la igualdad racial en Estados Unidos.

King se cuenta entre esos defensores de la justicia cuya influencia trasciende las fronteras. Estudiante de la filosofía y los principios del pacifismo enunciados por Mohandas Karamchand Gandhi (1869–1948), King viajó en 1959 a la India, donde profundizó en el legado del hombre a quien su viuda, Coretta Scott King, llamaría más tarde su «mentor político». Al aceptar el Premio Nobel de la Paz en 1993, Nelson Mandela le concedió a King de forma parecida el mérito de haber sido su antecesor en la campaña para resolver con justicia las cuestiones de racismo y de dignidad humana.

King era hijo del destacado pastor Martin Luther King, de Atlanta, y a los 26 años se recibió de doctor en teología por la Universidad de Boston. En 1954, mientras completaba su tesis, King aceptó ser pastor en la Iglesia Bautista Dexter Avenue, en Alabama. Fue en Montgomery, al año siguiente, donde una costurera negra llamada Rosa Parks fue detenida por negarse a dar su asiento a un pasajero blanco en un autobús municipal segregado.

El incidente desató el boicot a los autobuses de Montgomery, durante el cual los afroestadounidenses de la ciudad se negaron a utilizar el sistema de autobuses segregados. King encabezó la organización que dirigía el boicot y pasó a ser el rostro público del movimiento, apelando al espíritu de confraternidad de los estadounidenses blancos. King devino en una figura nacional cuando los tribunales federales declararon inconstitucional la legislación de segregación de los autobuses, siguiendo el razonamiento de la decisión del Tribunal Supremo en el caso de Brown contra el Consejo de Educación.

En 1957, King figuró entre los fundadores de la Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur (SCLC). Se trataba de una alianza de iglesias y pastores religiosos negros organizada para emprender acciones pacíficas directas contra la segregación.

Los líderes de la SCLC esperaban cambiar la opinión pública y complementar los desafíos legales a la segregación lanzados por la Asociación Nacional para el Adelanto de Personas de Color (NAACP). King fue una fuerza dinámica dentro de la SCLC y se convirtió en su principal recaudador de fondos así como un táctico político hábil que forjó con éxito alianzas con simpatizantes blancos del norte. En 1959, King viajó a la India, donde se reunió con partidarios de Gandhi y refinó más su pensamiento sobre la protesta social pacífica.

Durante los primeros años de la década de 1960, King y la SCLC iniciaron una serie de protestas pacíficas contra las instituciones segregadas. En mayo de 1963 el comisionado de policía de Birmingham, Alabama, Eugene «Bull» O’Connor, soltó a perros de policía y utilizó mangueras de alta presión contra manifestantes pacíficos, muchos de ellos niños. Esas imágenes horrorizaron al país.

King fue arrestado durante las manifestaciones y desde su celda escribió su Carta desde una cárcel de Birmingham, en la que sostuvo que una persona que viola una ley injusta para despertar la conciencia de su comunidad «está expresando en realidad el más alto respeto por la ley», siempre que actúe «abiertamente, amorosamente y dispuesta a aceptar el castigo». En agosto de ese año los dirigentes negros organizaron una Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad. Allí, ante cerca de un cuarto de millón de partidarios congregados frente al Monumento a Lincoln, King pronunció una de las oraciones más poderosas en la historia estadounidense.

Generaciones de niños en edad escolar han aprendido de memoria líneas del discurso «Tengo un sueño», en el que King rezó por el día en que la gente «no será juzgada por el color de su piel sino por su carácter».

Las imágenes de Birmingham y de Washington ayudaron a consolidar el apoyo a la Ley de Derechos Civiles de 1964, promulgada por el presidente Lyndon B.

Johnson el 2 de julio de ese año. En 1965, la violenta respuesta de la policía de Selma, Alabama, a una marcha por el derecho al voto, desató una oleada de apoyo a King, al movimiento de los derechos civiles y a legislación que garantizase el derecho de participación política. Por consiguiente, el 6 de agosto de 1965 se aprobó la Ley de Derecho al Voto.

Con la aprobación de las leyes de derechos civiles, King siguió empleando su estrategia de protesta social pacífica incluso cuando algunos líderes más jóvenes abogaban por medios más extremistas. King también amplió su agenda para abarcar acciones que centraran la atención en la pobreza de los afroestadounidenses. El 4 de abril de 1968, King se hallaba en Memphis, Tennessee, apoyando una huelga de recolectores de basura negros, cuando la bala disparada por un asesino le dio muerte, a la edad de 39 años.

Los estadounidenses honran la memoria del reverendo Martin Luther King Jr.

con un feriado nacional que se celebra el tercer lunes de enero de cada año. Pronto se le dedicará un monumento que se levantará a la vista del Monumento a Lincoln, donde King inspiró a los estadounidenses con sus sueños de justicia e igualdad racial. Numerosas organizaciones y personas, incluido el Centro King en Atlanta, continúan su labor.

Autor:
Miguel Cruz Tejada

El Nuevo Diario

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