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Sociedad

“Nací con parálisis en mis piernas y Jesús me sano”

Dic 23, 2008
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Por José Linares Cerón

Falta algunos días para navidad. Una celebración religiosa tradicional que en nuestra infancia ha tenido mucho significado. Aun recuerdo cuando era muy niño mi mamá dijo: «hoy a media noche es navidad», lo dijo tan emocionada con una sonrisa angelical y su voz con acento español, con un cabello largo y hermoso que adornaba su rostro.

Una Mujer que crió a sus siete hijos, todos hombres con amor, ternura y rectitud. Le pregunte ¿Que es navidad mamá? «En la navidad se recuerda el nacimiento de Jesús, nuestro Dios y salvador». Yo le dije a mamá, yo tengo un amigo llamado Jesús que siempre que lo llamo me visita. Mi papa me dijo: «otra vez vas empezar hablar de tus amigos celestiales». Luego mi mamá me explico que Jesús era Dios que hizo los cielos y la tierra; me contó la historia bíblica y quede sorprendido. Entendí porque la gente se ponía feliz en la navidad. Recuerden que era muy niño, mi madre era una católica muy devota (Luego se convertiría en Pastora) y mi padre era un ateo confeso. En mi casa estaba prohibido hablar de religión, pero en esa fecha mi padre hacia una acepción por mi mamá. Luego de terminar la conversación, mi padre me levanto de la silla y me llevo a mi cuarto.

Si algunos no saben mi historia, yo nací con parálisis en mi piernas, mis padres habían hecho los esfuerzos posibles de atenderme con los mejores médicos, pero para la ciencia médica no tenía remedio. Mis padres aceptaron mi discapacidad. Pero yo niño, no lo entendía.En mi cuarto yo era feliz jugando con los ángeles celestiales y caminaba con normalidad en la habitación. Jesús venia cuando lo llamaba, pero ese día era especial !Ahora yo sabía que él era Dios! Y porque tenía esas cicatrices en sus pies y manos. Le dije: «Tu eres Dios cuéntame cómo hiciste los cielos y la tierra». Me dijo: «Ven siéntate en mis piernas», me contó todo lo que dice en el Libro de Génesis. ¿Por qué? vino al mundo, y su amor a la humanidad. Yo le dije te amo aun mas, porque eres muy bueno. Paso un tiempo, a la edad de cinco años y medio en la primavera fresca del día domingo, en un parque muy bonito en Miraflores, llamado Villavicencio, cerca de la casa de mis padres me llevaron a pasear con mis hermanos, pero ese día fue especial. Como nunca vi con atención a los niños más pequeños dar sus primeros pasos y la familia se alegraba. Vi a otros niños jugar la pelota con su Padres y otros con sus hermanos. Mi papá y mamá estaba divirtiéndose con mis hermanos. Yo intente pararme para jugar con ellos, «pero no podía», solo me arrastraba, me sentí muy mal.

Entendí que nunca iba caminar, empecé a llorar con amargura, le pregunte llorando a mi mamá: «porque no podía caminar como otros niños» lloraba a gritos. Mi mamá me llevo de inmediato a casa, trato de consolarme, pero no pudo. Ella pensó que me había dormido, cuando mi papá le dijo a mi mamá son cinco de la tarde, vamos a recoger a los chicos del parque. Abrí mis ojos, mire el cuarto no había nadie ni los ángeles celestiales. Parecía que nunca lo iba a volver a verlos más. Además yo estaba molesto, con muchas emociones de pena Etc.

Mientras trataba de limpiarme las lágrimas que brotaban de mis ojos. «Vi en la pared de mi cuarto una nube que se hacía cada vez más grande y vi que venía caminando Jesús». Yo me tape la cara con la frazada y estaba molesto con él. El me hablo y me dijo con su voz apacible: ¿José me amas? Otra vez repitió esa misma palabras, por segunda vez, el se encontraba al frente de mi cama. Luego de un breve silencio yo tapado con mi frazada volvió hablarme y me dijo: ¿José hijo mío, realmente me amas? Yo me moleste por esa pregunta, me quite la frazada de mi rostro y le dije: «Tu sabes que yo te amo» Porque lo dudas. El solo me dijo: «Ven abrázame muy, muy fuerte». Fue muy linda la ternura de su abrazo. Aun puedo sentir el olor de su cabello hasta el día de hoy; sentí su suave rostro en mi mejía. Había una luz tan brillante en mi cuarto y nubes en forma de algodón, y de repente mi papá abrió la puerta del cuarto «grito» Al ver tanta luz (Tuvo temor) luego al desvanecerse, vio a su hijo que estaba de pie. Hasta el día de hoy, he caminado desde ese día para la Gloria a Dios. Siempre le decía al Señor la razón de mi vivir es tu amor. Amén.

Cuando era Niño, tuve la oportunidad de recibir un regalo que impacto mi vida. Me regalaron un camión grande de madera, muy bonito «lo que nunca podre olvidar es la sonrisa de esta familia amable» y nos decían: «a los niños presentes, este regalo es el esfuerzo de mi familia y las propinas juntadas por mis hijos, que les da con amor». Así como Dios nos ama, lo amamos a Uds. Recuerden que Dios se hizo hombre por amor a nosotros. Hasta el día de hoy recuerdo sus palabras y sus rostros amables.Estuve en la Plaza de armas, por la Visita a mi tía Andrea, que tenía grandes sembríos en Santa Clara – no puedo quejarme que durante mi infancia siempre tuve los mejores regalos de mis padres y mis tíos. Pero ese regalo fue especial, estaba acompañado de una sonrisa linda de unos desconocidos que no eran mi familia. «Y cambiaron mi manera de ver las cosas». Tuvo mucha influencia en mi, cuando era muy joven (No era creyente) siempre iba con mi camioneta y posteriormente con camión, en esta fechas navideñas a diferentes lugares. Llevando regalos a los más pobres. Yo me sentía muy bien de ver la alegría de los más pequeños y los padres me agradecían. «Yo solo les daba una sonrisa y ese rostro amable que vi en mi niñez.» En mi vida el éxito me acompañado a pesar de los momentos difíciles. ¿Saben por qué? Aprendí a dar sin mezquindad a Dios, dar lo mejor de mí.

El Pastor Linares, es Presidente Fundador del Ministerio Oración Internacional. Preside Coalición Presencia Internacional. Fundador Microbanco de fe, entre otras organizaciones.

Ayudemos a los niños con discapacidad!.

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