Ex musulmán y luego ateo entrega su vida a Jesús en Turkmenistán
NOTICIACRISTIANA.COM.- Silas nació en la antigua república soviética de Turkmenistán y fue criado por su devota madre como musulmán. Esto no le impidió volverse ateo a una edad temprana.
Llegar a ese estado no fue difícil para Silas, ya que el comunismo aboga por el rechazo de cualquier fe y religión. Pero incluso inmerso en la ideología atea del comunismo, dijo que era un musulmán cultural, informa Charisma Magazine.
«Yo era ateo en mi cabeza, pero musulmán en mi corazón», señaló. Además, Silas dijo que tenía un odio especial por la fe cristiana, que consideraba endémica de los occidentales corruptos y de los rusos que invadían su tierra natal.
Vida transformada
El cristianismo, creía, no pertenecía al pueblo turcomano. Luego, Silas escuchó el Evangelio en idioma turco a través de una copia en VHS de “Jesus the Movie”. A partir de ahí, dice, su mundo se puso patas arriba.
«Al escuchar a Jesús hablar mi idioma, el Evangelio se hizo real», dijo Silas. Miró la película de principio a fin, luego rebobinó la cinta VHS y la miró de nuevo. Al final de esta segunda visión, Silas era una nueva creación, habiéndose comprometido a seguir al Jesús que hablaba su idioma.
La vida de Silas cambió casi de inmediato. Dice que experimentó una inmensa alegría y paz, y que las preguntas que lo habían consumido durante años fueron respondidas por Cristo.
Después de esa experiencia, no había forma de que Silas pudiera guardarse las buenas noticias para sí mismo, así que comenzó a hablarles a otros en su aldea acerca de Jesucristo.
Persecución
En su nueva vida como cristiano, Silas enfrentó persecución. Fue arrestado varias veces cuando agentes del gobierno allanaron las reuniones de la iglesia, y su nombre y reputación fueron empañados en los periódicos.
Él y su familia ya no estaban seguros en casa, por lo que Silas, su esposa y sus hijos pequeños se escondieron cuando la presión y las amenazas de la policía secreta se intensificaron.
Hubo persecución y Silas fue arrestado y torturado por su obediencia a Cristo. En sus horas más oscuras, dice que simplemente confió en el Señor en su sufrimiento.
A través de su fiel testimonio, Silas dice que ha visto a Dios obrar en los corazones de otros, incluidos sus torturadores, de maneras milagrosas. Afirma que encontró una oportunidad para perdonar y orar por el policía que ordenó su tortura.
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