NOTICIACRISTIANA.COM.- En los últimos versículos de su primera epístola a los Corintios, el apóstol Pablo volvió al tema de amar a Dios y amar a los demás como la máxima ambición del creyente: “Que todo lo que hagáis, sea hecho con amor” (1 Corintios 16:14, NVI).
Pablo había subrayado repetidamente este principio a los corintios para que siempre recordaran dejar que el amor fuera su meta más alta (1 Corintios 14:1). El amor a Dios y al prójimo debe inspirar y gobernar todo lo que hacemos.
Cuando Pablo dijo: “Que todo lo que hagáis, hágase con amor”, tenía en mente la buena voluntad y la benevolencia que se manifiestan en el autosacrificio.
El amor requiere un compromiso incondicional con la persona amada. En su mandato de dejar que todo se haga con amor, fue como si Pablo mirara hacia atrás para considerar todo lo que había abordado en su carta a la iglesia de Corinto.
Entre otras cosas, se había ocupado de las divisiones y contiendas entre los miembros (1 Corintios 3), pleitos entre creyentes (1 Corintios 6:1–8), egoísmo en la mesa de la comunión del Señor (1 Corintios 11:17–34), celos por dones espirituales (1 Corintios 12-14), y adoración desordenada (1 Corintios 14:26-40). Pablo quería enfatizar y recordar a los corintios que todo lo que hacían debía ir acompañado de amor.
El amor es lo más valioso
Anteriormente, en su carta, Pablo señaló “el camino más excelente” (1 Corintios 12:31–13:13), enseñando que el amor es el más valioso de todos los dones del Espíritu:
“Si hablara en lenguas de los hombres o de los ángeles, pero no tengo amor, yo no soy más que un metal que resuena o un címbalo que retiñe. En caso de tener el don de profecía,y puedo sondear todos los misterios y todo el conocimiento, y si tengo una fe que puede mover montañas, pero no tengo amor, nada soy. Si doy todo lo que poseo a los pobres, y entrego mi cuerpo a las tribulaciones para gloriarme, pero no tengo amor, de nada me sirve (1 Corintios 13:1–3)”.
“Sin amor, todos los demás dones del Espíritu quedan por debajo de la marca. Por esenciales que sean estos dones para la iglesia, no tienen valor sin amor”, decía Pablo.
El amor es el ecosistema en el que operan y prosperan nuestras vidas como creyentes. Pablo enseñó a los romanos: “Ámense los unos a los otros con afecto genuino y deléitese honrándose unos a otros” (Romanos 12:10, NTV).
Jesús mismo dijo que sus discípulos deben distinguirse por su amor: “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. Como yo los he amado, así deben amarse los unos a los otros” (Juan 13:34).
Deja que todo lo que hagas sea hecho con amor significa que el amor incondicional de Dios mora en nosotros a través de nuestra relación con Jesucristo. El amor de Dios se convierte en la fuerza indispensable y la motivación impulsora detrás de todo lo que hacemos. No importa dónde estemos y con quién estemos, estamos impulsados por el amor, cultivando el amor, persiguiendo el amor y demostrando amor.
Artículo escrito por Got Questions.
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