¿Qué es la gracia común de Dios?
NOTICIACRISTIANA.COM- La gracia común de Dios, es el concepto teológico, que describe la bondad universal e inmerecida, de Dios hacia los pecadores.
Por medio de la gracia común, Dios refrena el pecado, el mal, la miseria, y la ira en este mundo caído, al mismo tiempo que confiere bendiciones generales, y no redentoras a toda la humanidad.
Se distingue de la gracia especial o salvadora, que se extiende solo a los elegidos, aquellos a quienes Dios ha escogido, para redimir.
La Biblia enseña varios aspectos, de la gracia común de Dios. Uno de ellos, es el cuidado providencial en la creación. Dios sostiene su creación por medio de su providencia, que es una gracia común, para todas sus criaturas.
La Biblia dice, por ejemplo, que Dios por medio del Hijo «sustenta todas las cosas, con la palabra de su poder» (Heb. 1:2-3; Juan 1:1-4). La provisión graciosa de Dios, para sus criaturas se ve, por ejemplo, en el dar de las estaciones, de la siembra, y la cosecha.
De esta gracia común providencial, Jesús recuerda a sus oyentes, cuando dijo que Dios, «hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos» (Mat. 5:45).
Otro aspecto de la gracia común de Dios, es la restricción del pecado y del mal. Dios revela que ha impedido a los hombres, pecar contra él (por ejemplo, Gén. 20:6), pero esta restricción tiene límites, pues hay momentos en que el Señor, cesa de continuar su anterior restricción de los pecadores, (por ejemplo, Gén. 6:3; Sal. 81:11-12; Hech. 7:42; Rom. 1:24-28; 2 Tes. 2:6-7).
La gracia común, también permite a los no regenerados, perseguir la virtud en sus relaciones externas, y cívicas (Luc. 6:33; Rom. 2:14).
El Espíritu Santo, es el agente de las operaciones, de la gracia común de Dios, en el mundo y en la humanidad, así como de las operaciones generales, en los miembros de la comunidad del pacto (Heb. 6:4-5).
La tradición reformada, entiende esta doctrina, como un complemento de la doctrina, de la depravación total. Como el hombre está depravado por completo, no puede haber continuidad, de la historia humana, desarrollo de la cultura, o crecimiento en la virtud común, sin alguna operación de la gracia común de Dios.
A pesar de que todas las personas, están «muertas en delitos y pecados» por naturaleza (Ef. 2:1-4), Dios no ha quitado las operaciones generales de su Espíritu, de entre ellas.
Él está constantemente refrenando el mal, y manifestando su bondad en este mundo caído, y entre los individuos malditos por el pecado.
Artículo por: ChurchLeaders.
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