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Sexualidad

Estudio revela que 1 de cada 4 divorcios son productos de un relación en Internet

Oct 3, 2008
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Según un reciente informe del Observatorio Español de Internet (OEI) alrededor de dos millones y medio de personas son ciberadúlteros, es decir, que practican sexo a través de Internet con otros seres humanos pese a tener pareja estable. Un 10% de ellos –casi medio millón de personas- acaba quedando con su ciberamante.

El presidente del OEI, Francesc Canals, reconoce que Internet ofrece a los navegantes una facilidad pasmosa para establecer contactos con otras personas: “El anonimato preponderante en Internet y la excitación que se experimenta por la conquista son elementos determinantes, muchos usuarios de chats confiesan sentirse estimulados por esta excitación que supone el hecho de ser valorado y cortejado por interlocutores del sexo contrario”.

Esto hace que, a diferencia de lo que ocurre con la pornografía, en el mundo de los chats y las webcams haya cada vez más usuarias de sexo femenino, aunque muchas veces no sea tarea fácil dilucidar si se trata de mujeres de verdad o de hombres cibertravestidos.

Las relaciones sexuales ciberespaciales, según dice la psicóloga Mercè Catells, de En plenitud, “no siempre involucran un componente físico, pero el apego emocional puede llegar a ser muy fuerte. Además, muchas veces acaba afectando a la relación de pareja, ya que el ciberadúltero puede llegar a perder interés en las relaciones sexuales con su pareja, puesto que aún cuando estos amoríos en línea no involucren el sexo, pueden llegar a ser muy intensos y amenazar igualmente un matrimonio”.

El pasado mes de julio, la popular modelo norteamericana Christie Brinkley ganó la demanda de divorcio y la custodia de sus hijos, derrotando así a su marido, el arquitecto Peter Cook, que no sólo perdió el largo juicio por haber engañado a su mujer con una chica de 18 años, sino también por estar enganchado al sexo en Internet. Al parecer, Cook se gastaba 3.000 dólares al mes por pornografía de la Red.

No era la primera vez que el sexo virtual ocasionaba graves problemas en el seno de una pareja de celebrities: en 2005, la actriz y sex symbol Denise Richards se divorciaba de Charlie Sheen el actor.

En 2006, la bellísima cantante country Sara Evans pidió el divorcio al encontrar en el ordenador de su marido más de 100 fotos de su cuerpo desnudo junto a conversaciones almacenadas y otras evidencias innegables de haber practicado cibersexo.

Ya hemos dicho que los ciberadúlteros pecan en Internet con la certeza de que no hacen daño a nadie y jamás serán pillados. Craso error. El 15% de las consultas de parejas desconfiadas que reciben los detectives privados están relacionadas con Internet. Además, es más fácil pillar a un ciberadúltero que a un mentiroso, ya que el ordenador guarda todo.

Por si fuera poco, ya han surgido sitios especializados en perseguir el ciberadulterio, como Infidelity Check o Chat Cheaters, que utilizan programas tan eficaces como el eBlaster para limpiar el ordenador del sospechoso o sospechosa (desde sus visitas a webs porno hasta e-mails) y así detectar o prevenir infidelidades. “Cace a su marido, esposa, novio o novia chateando”, dice la publicidad.

También han proliferado agencias que se dedican a asegurarte que nadie se va a enterar de tus escarceos virtuales. Una de estas agencias es Private Affaire Online, que ofrece jugosas y muy creíbles coartadas a hombres y mujeres casados o ennoviados, para que puedan contunuar con sus infidelidades virtuales con absoluta tranquilidad.

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