Annika Dean fue una de las mujeres atrapadas en el aeropuerto de Fort Lauderdale, donde un hombre armado mató a cinco personas y dejó a otros ocho heridos, la tarde del pasado viernes (6). Situado a 50 kilómetros al norte de Miami, Florida, el sitio fue tomado por el caos cuando un hombre disparó contra al menos 13 personas.
Cuando Annika escuchó los disparos, ella estaba esperando su equipaje en el aeropuerto. Ella sabía que estaba en peligro. «Inmediatamente supe lo que estaba pasando», explica. «Yo sabía que no eran fuegos artificiales», relató.
Sin saber qué camino tomar, cayó al suelo y se puso a orar. «Estaba orando, pidiéndole a Dios específicamente por mis hijos que todavía tuviesen a su madre. Estaba preocupada por el hecho de que me perdieran a mí».
En ese momento, Tony Bartosiewicz, un hombre de 70 años, parecía ser la respuesta a sus oraciones. El electricista retirado de Rochester (Nueva York), había volado a Florida con su esposa a bordo de un crucero. Su esposa estaba en otra área del aeropuerto, Tony iba por el equipaje cuando vio a Annika. De inmediato se encargó de protegerla con su cuerpo.
Un hombre de valor
«Básicamente, se acercó y me susurró. «Yo te protegeré» sabía que podía ser herido si lo hacía, pero también sabía que iba a sobrevivir», dijo Annika no podía soportar mirar a causa de los disparos mientras continuaba en el suelo. Más tarde, Tony dijo que el hombre armado pasó cerca de ellos mientras él la estaba protegiendo.
Annika está muy agradecida de que Dios respondió su oración. «Lo primero que le dije fue que yo estaba muy agradecida y le dijo que me trajo consuelo. Fue muy reconfortante. Di las gracias a él todo el día y le dije que era un héroe», dijo.
Tony salió con su esposa y se dirigió a su crucero antes de que alguien pudiera obtener una respuesta de él, pero su hija sugirió que este es el tipo de hombre que es. «Ese es el tipo de persona que él es,» dijo. «Él haría algo sin pensar», dijo.
