NOTICIACRISTIANA.COM.- El cristianismo enfrenta restos particulares en cada generación. Cada vez más la sociedad vive un declive en los valores y profesar la fe gradualmente se ha vuelto complejo.

En las narraciones históricas de la Biblia o de los registros de la iglesia, rara vez leemos acerca de la descendencia de figuras importantes como los 12 apóstoles originales.

Por ejemplo, Pedro estaba casado, pero no encontramos ningún registro de que sus hijos continuaran sus tradiciones. A pesar de la creencia de que nuestra progenie debería superarnos, el celo necesario para este progreso a menudo no se inculca en la siguiente generación.

¿La explicación? No tienen que pagar el mismo precio ni pasar por la misma experiencia de conversión dramática que tuvieron sus padres. Este ensayo describirá siete desafíos que surgen en el cristianismo generacional:

Reto 1: Falta de un testimonio poderoso

El primer desafío es la falta de un testimonio poderoso de liberación de las experiencias mundanas. A diferencia de sus padres, los niños criados en un ambiente cristiano a menudo no tienen experiencias dramáticas de pecado y salvación. Es más probable que su viaje sea una continuidad constante de fe que, si bien es valiosa, puede carecer de la intensidad de una narrativa de conversión profunda.

Desafío 2: Dar por sentada la fe

Los hijos de padres cristianos a menudo dan por sentado las cosas de Dios y de la iglesia. Inmersos en la fe desde el nacimiento, las enseñanzas y prácticas del cristianismo pueden volverse rutinarias y perder su profundidad. Esta falta de comprensión de la magnitud de su fe puede conducir a una relación superficial con Dios.

Desafío 3: No estar preparado para el mundo secular

El tercer desafío es la posible falta de preparación para el mundo secular. Algunos padres cristianos optan por proteger a sus hijos de las influencias mundanas, lo que podría hacer que estos niños tengan dificultades para reconciliar su fe con las opiniones seculares que encuentran en la escuela secundaria o la universidad.

Reto 4: No hay necesidad de sacrificios

El cuarto desafío es que los niños a menudo no tienen que pagar el precio del ayuno y la oración para establecer sus vidas después de que sus padres ya lo hayan hecho. Esto puede crear una desconexión con las dificultades que tuvieron que soportar sus padres, reduciendo su aprecio por los sacrificios de la fe.

Reto 5: Prosperidad y falta de fe

La prosperidad derivada de las bendiciones otorgadas a sus padres a menudo rodea a los cristianos de segunda generación. Esta abundancia podría disminuir su necesidad de fe, ya que las circunstancias de su vida no requieren la misma confianza en Dios que experimentaron sus padres.

Desafío 6: Replicar rasgos negativos

Desafortunadamente, los niños a veces reflejan los peores rasgos que ven en sus padres. Utilizando el ejemplo bíblico del rey David, sus hijos parecían emular sus problemas con la infidelidad y las mujeres más que su valentía y devoción a Dios.

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Fuente del artículo Charisma News por Joseph Mattera.

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