Hay evidencias históricas que visita de magos a Jesús ocurrió
Hay muchas evidencias arqueológicas, textuales, lingüísticas y científicas que comprueban la existencia histórica de los «magos» descritos en el evangelio de Mateo, afirma un erudito que se ha dedicado a investigar y escribir sobre el asunto.
El Dr. Dwight Longenecker, un sacerdote católico, que publicó libros sobre el tema, destaca que «todas las piezas encajan perfectamente para dar una explicación plausible sobre personajes reales que tenían una fuerte motivación para partir en un viaje en busca del recién nacido rey de los judíos».
Él recuerda que, en su evangelio, Mateo relata la visita de μάγος, término que también puede ser traducido como «sabios» y que ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra para Jesús en Belén.
Longenecker, autor del libro Mystery of the Magi: The Quest to Identify the Three Wise Men [Misterio de los Reyes Magos: La búsqueda para identificar a los sabios], señala que su estudio es imparcial y se centra sólo en los asuntos históricos y arqueológicos.
«El relato de Mateo fue incrustado con siglos de capas de leyendas y mitos», lo que hizo fácil para los críticos tratar de clasificar la historia como «ficción religiosa». Sin embargo, Longenecker defiende que «debajo de todos los mitos puede haber una base histórica real. Es lo que sucede con la historia de los magos».
«El relato de hombres exóticos venidos de Oriente que hicieron un largo viaje en el desierto en camellos siguiendo una estrella mágica es fácil de ignorar. Pero no es bien esta historia que encontramos en el evangelio de Mateo», dijo.
Gran parte de la comprensión sobrenatural de la historia «se desarrolló entre el tercero y el quinto siglo en medio de los gnósticos», apunta, enfatizando que una «recreación apócrifa» que añadió ciertos elementos fantásticos que se convirtieron en parte de la tradición, como el hecho de ser tres y sus nombres.
En realidad, «la historia de una estrella sobrenatural ni forma parte del texto de Mateo», reafirma. Por lo tanto, es posible evaluar nuevos descubrimientos importantes en otras disciplinas que complementan la investigación puramente textual. «Vivimos en un momento increíble para la arqueología bíblica», dijo Longenecker. «Con el uso de la ciencia moderna y de la ciencia forense, estamos descubriendo más cada día sobre el antiguo Oriente Medio. Los estudiosos de la Biblia se concentran cada vez más sólo en el texto, por lo que sus opiniones deben ser ponderadas en relación a todos los demás descubrimientos que estamos haciendo.
El sacerdote asegura que su libro ha logrado «juntar elementos de la religión, cultura, política, economía de Oriente Medio, desde el nacimiento de Jesús hasta llegar a una conclusión sólida sobre la existencia de esos magos».
«Creo que ellos eran diplomáticos de la corte del vecino de Herodes, el Grande, el rey nabateo Aretas IV», revela. «Eran una especie de consejeros de observación de estrellas para el rey. Cuando descubrieron que un nuevo rey de los judíos nacería, concluyeron que debía ser un nieto o bisnieto de Herodes.
«Aretas tenía» todo interés de enviar una comitiva para viajar a Jerusalén para homenajear al nuevo heredero del trono de Herodes «y» tiene todo el sentido que estos magos hayan completado su viaje de tal forma que el relato de Mateo sea simple, fáctico e histórico».
La cuestión de la existencia de los sabios es más que académica, insiste Longenecker, porque afecta la comprensión de las personas sobre los tiempos de Jesús y la historia de la propia salvación. Hay «un intento creciente en nuestra sociedad de decir que Jesús es una figura mítica sobre la que no sabemos casi nada», critica.
«Eso es ridículo, pues con el avance de la arqueología, descubrimientos textuales y forenses, sabemos hoy más sobre el ambiente, el contexto y la cultura del tiempo de Jesús que nunca. Lo que sabemos casi siempre confirma la exactitud histórica del Nuevo Testamento», asegura.
La historia del Nuevo Testamento es importante porque «si demostramos que los Evangelios son, históricamente, confiables, entonces hay que tomar en serio las afirmaciones hechas por Jesucristo y el significado de su vida, sus enseñanzas y, más importante, su nacimiento, muerte y resurrección», concluyó.
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