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Sexualidad

Homosexualizar Políticamente el Cristianismo es la estrategia homosexual

Sep 7, 2008
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Una cosa es el hecho homosexual. Y otra, el homosexualismo político. Como todo proyecto político, busca transformar la sociedad según su ideología. Y para ello hacen falta periodistas que construyan la nueva sociedad, no narradores de la realidad.

El mes pasado tuvo lugar la asamblea nacional de la Asociación Nacional de Periodistas Gays y Lesbianas (NLGJA, por sus siglas en inglés). La asamblea, celebrada en Washington, no la pagaron los periodistas gays de su bolsillo. Casi todas las grandes empresas de comunicación norteamericana pagaron su parte de “impuesto revolucionario”, bien por creer en la causa, bien por miedo a un linchamiento mediático que, con pocos dólares, se puede acallar.

Así, la McClatchy Company aportó 25.000 dólares; la CBS, la CNN, Gannet Foundation (es decir, USA Today), ESPN y Hearts Newspapers pusieron 15.000 dólares cada una. Entidades consideradas “conservadoras”, como Fox Business y Fox News, o The Washington Post, pusieron 10.000 dólares cada una, como también lo hizo la News Corporation. ABC News y Bloomberg aportaron 5.000 dólares cada una. Total: 150.000 dólares, es decir, 103.000 euros, es decir, 17 millones de pesetas.

Además, USA Today dedicó un anuncio de página completa a un “saludo” a los compañeros periodistas gays, el New York Times hizo lo mismo con un anuncio de media página, el Washington Post dedica un anuncio de página entera a “felicitar” a los periodistas gays y la Belo Corporation (dueña del Dallas Morning News y el Providence Journal) se declaró “orgullosa sponsor”. CBS News “saluda a la NLGJA” en su contraportada.

En el acto estuvo tomando nota un investigador del Culture Media Institute, Brian Fitzpatrick, que tomó nota de lo que pasaba en el congreso, donde se explicaron fenómenos insólitos del mundo periodístico. Por ejemplo, el “síndrome de Estocolmo al revés”.

Cuando un periodista sigue a un candidato político durante semanas de campaña electoral, tiende a cogerle simpatía, a veces demasiada para ser un informador objetivo. Por eso se habla de “síndrome de Estocolmo”. De hecho, los medios suelen enviar a cubrir una campaña a periodistas más o menos afines, o al menos no hostiles con el candidato. Es lo tradicional.

Por eso asombra que la NBC/National Journal enviara al activista homosexual Matthew Berger a cubrir la campaña del ex-reverendo Mike Huckabee, que hizo un muy buen papel en el medio oeste americano con el votante religioso y conservador, como alternativa republicana a McCain. Berger explicó ante sus compañeros de oficio lo difícil que es hacer el trabajo de periodista cuando “odias” a las personas que estás cubriendo informativamente. Explicó lo feliz que se sintió cuando le transfirieron a cubrir la campaña del republicano “gay-friendly” Rudolph Giuliani.

“¿Es que la NBC no tenía a nadie que no odiase a los conservadores para cubrir la campaña de Huckabee?”, se pregunta Fitzpatrick.

En el encuentro estaba el jefe del lobby gay “Log Cabin” en el Partido Republicano, Patrick Sammon, quien insistió en que su grupo de republicanos no apoya a los conservadores en lo social, y dedicó palabras fuertes al antiguo senador republicano de Pennsylvania Rick Santorum, desbancado en las últimas elecciones por un candidato demócrata y que se presentaba como pro-vida y pro-valores pero que ha acabado votando muchas cosas que demostraban que no lo era.

Un tema que se repitió fue el de la necesidad de “retomar el cristianismo de manos de los conservadores”. Es decir, homosexualizar políticamente el cristianismo. El magnate de los muebles Mitchell Gold, fundador del lobby Faith in America, que pretende extender el homosexualismo político entre las comunidades cristianas, insistió en que “el mayor obstáculo para que los gays tengan igualdad de derechos en este país es la religión”.

Ann Craig, la especialista en religión de la Alianza Gay Lesbiana contra la Difamación (GLAAD) dijo “no iremos a ninguna parte mientras no empecemos a conquistar el debate” entre las comunidades religiosas.

¿Cómo conseguirlo? La respuesta la daba el ex-pastor metodista Jimmy Creech, expulsado en 1999 por hacer ceremonias de bodas gays. La técnica es que los periodistas dejen de acudir a líderes religiosos conservadores (por lo general Pat Roberson o James Dobson, de Focus on the Family). Deben ir a líderes religiosos amigos del homosexualismo político, y citarles a ellos, porque los conservadores son “los más radicales” y representan “un punto de vista minoritario”.

David Waters, el único periodista en el debate sobre religión -edita el blog sobre fe “On Faith” en el Washington Post- animó a los reporteros a publicar declaraciones de “gente real” de los bancos de la iglesia, no de líderes establecidos acostumbrados a tratar con los medios.

Los cientos de periodistas homosexuales que asistieron al congreso, bien aleccionados, volvieron a sus redacciones con la lección aprendida, cada uno dispuesto a llegar a miles de lectores y espectadores. Cada día. No para reflejar la realidad, sino para moldearla a su imagen.

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