¿Qué dice la Biblia sobre el suicidio? ¿Es imperdonable?
NOTICIACRISTIANA.COM.- Muchas personas que se hacen esas preguntas buscan fundamentos bíblicos, para dar esperanza a la familia de los creyentes que cometieron suicidio.
Creo que la carga de la prueba recae en quienes ofrecen el consuelo de la gracia, ¿Jesús dará la bienvenida a casa a un creyente que murió por su propia mano? Creo que no lo hará.
Algunos equivocados usan la promesa que da esperanza de Romanos 8:38-39, que ni la vida ni la muerte pueden separar al creyente del amor de Dios en Cristo Jesús.
Suicidio en la Biblia
La Biblia menciona seis personas específicas que se suicidaron: Abimelec ( Jueces 9:54 ), Saúl ( 1 Samuel 31:4 ), el escudero de Saúl ( 1 Samuel 31:4–6 ), Ahitofel ( 2 Samuel 17:23 ), Zimri ( 1 Reyes 16:18 ), y Judas ( Mateo 27:5 ).
Cinco de estos hombres se destacaron por su maldad (la excepción es el escudero de Saúl, no se dice nada de su carácter).
Algunos otros consideran la muerte de Sansón como un caso de suicidio, porque sabía que sus acciones lo llevarían a la muerte ( Jueces 16:26–31 ), pero el objetivo de Sansón era matar a los filisteos, no a sí mismo.
¿El suicidio es un pecado?
La Biblia considera que el suicidio es igual al asesinato. Dios es el único que debe decidir cuándo y cómo debe morir una persona. Deberíamos decir con el salmista: “Mis tiempos están en tus manos”, ( Salmo 31:15 ).
Dios es el dador de la vida. Él da y Él quita (Job 1:21). El suicidio, quitarse la vida, es impío porque rechaza el regalo de vida de Dios. Ningún hombre o mujer debe presumir de tomar la autoridad de Dios sobre sí mismo para terminar con su propia vida.
Algunas personas en las Escrituras sintieron una profunda desesperación en la vida. Salomón, en su búsqueda del placer, llegó al punto en que “aborreció la vida”, (Eclesiastés 2:17).
Elías estaba temeroso y deprimido y anhelaba la muerte (1 Reyes 19:4). Jonás estaba tan enojado con Dios que deseaba morir (Jonás 4:8).
Incluso el apóstol Pablo y sus compañeros misioneros en un momento dado “estaban bajo una gran presión, más allá de nuestra capacidad de soportarla, de modo que perdíamos la esperanza de la vida misma” (2 Corintios 1:8).
Sin embargo, ninguno de estos hombres se suicidó. Salomón aprendió a “temer a Dios y guardar sus mandamientos, porque esto es deber de todo hombre” (Eclesiastés 12:13). Elías fue consolado por un ángel, se le permitió descansar y se le dio una nueva comisión.
Jonás recibió amonestación y reprensión de Dios. Pablo aprendió que, aunque la presión que enfrentaba estaba más allá de su capacidad de soportar, el Señor puede soportar todas las cosas: “Esto sucedió para que no confiemos en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos” (2 Corintios 1:9 ).
Conclusión
Entonces, según la Biblia, el suicidio es un pecado. No es el pecado “más grande”, no es peor que otros males, en términos de cómo Dios lo ve, y no determina el destino eterno de una persona.
Sin embargo, el suicidio definitivamente tiene un impacto profundo y duradero en los que quedan atrás. Las dolorosas cicatrices dejadas por un suicidio no sanan fácilmente.
Que Dios conceda Su gracia a cada uno que enfrenta pruebas hoy (Salmo 67:1). Y que cada uno de nosotros tenga esperanza en la promesa: “Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”, (Romanos 10:13).
Escrito por: Lewis B. Smedes en Christianity Today.
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