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En Cristo están las verdades espirituales a experimentar  

Jul 4, 2023
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NOTICIACRISTIANA.COM – Es necesario que en nuestro corazón, podamos experimentar de forma más real a Cristo. Solo en Jesucristo están las realidades o verdades espirituales que se deben experimentar. Por eso, la Biblia enseña sobre dos simientes que están en continuo conflicto una de la otra. Estas simientes son dos naturalezas, una demoníaca y caída y otra divina, que es Jesús. 

El apóstol Arnold Ballesteros, en el programa “Cristo es Vida”, analiza la importancia de leer las escrituras para poder tener conocimientos de esas realidades o verdades espirituales. En este sentido, indica que hay dos simientes o semillas, dos voluntades, dos caminos, dos hombres, dos nacimientos, dos justicias y dos sabidurías. Pero, el deseo y anhelo del Señor es ver eso en nuestro propio interior y que él nos la pueda mostrar.

“Ocurre que una de esas dos simientes o semillas, dos sabidurías, dos naturalezas, dos nacimientos, dos voluntades y dos caminos, proviene de Dios, es su fuente. Pero, hay otra, que no es de él, es totalmente opuesto y contrario a Dios. El deseo del Señor es que podamos ver esa separación o división en nuestro propio corazón, en nuestro interior”, destaca Ballesteros. 

Testimonio de dos simientes: En Génesis 3:15 se lee la simiente de la mujer y la otra de la serpiente, una es de Dios y la otra es contraria a él. 

Testimonio de dos naturalezas

Hay una divina y una corrupta (1 Pedro 1:23 y 2 Pedro 1:4). En Santiago 1:14, se describe una naturaleza enemiga de Dios, como la concupiscencia, la naturaleza de la carne. Asimismo, el apóstol Pablo habla de esa naturaleza opuesta a Dios en Gálatas 6:8. Es decir, hay dos naturalezas, una es perfecta y la otra es injusta. (Leer Deuteronomio 22:10).  

Testimonio de dos hombres

Uno es Cristo y otro es Adán. Pero, Adán después de pecar, porque antes de fallar era figura del que debía venir como lo menciona Pablo en Romanos 11:14. 

“Adán era la propia esencia de Dios en la tierra, antes de pecar. Entre Dios y Adán no había mediador, él podía participar de Dios sin mediador alguno. Cuando se desconecta de la vida y gloria del señor, se corrompe y tiene otro padre y se convierte en hijo de otra naturaleza”, destaca Ballesteros. (Leer Lucas 3:38 y Juan 8:42). 

Testimonio de dos justicias

La de Dios y la propia. El apóstol Pablo en Filipenses 3:9, menciona esas dos justicias, totalmente opuestas, la propia es la autojustificación del hombre. 

Testimonios de dos nacimientos

son el primero y el segundo nacimiento, en Génesis 25:23, se describe la alegoría del Señor, para ver la diferencia entre esos dos nacimientos, con el relato del embarazo de Rebeca. 

“Con el nacimiento de Esaú y Jacob, el mayor o primero debía servir al menor. En Juan 3:6, el Señor habla simbólicamente de esos dos nacimientos. Pablo manifestó que el primero es terrenal y el segundo el espiritual. El Señor desea que un nacimiento sirva al otro, el primer nacimiento debe servir al segundo. Es decir, un nacimiento es espiritual y el otro es natural”, acotó Ballesteros. 

Testimonio de dos sabidurías

Una es de abajo y la otra de arriba. Una sabiduría  desciende de lo terrenal y lo diabólico. Pero, la sabiduría de lo alto viene de Dios, que es Cristo mismo, por lo tanto es pura, pacífica, amable y benigna. (Leer Santiago 3:14-17). 

“Necesitamos llegar a ver esta gran división, pero en nuestros propios corazones. Experimentar como una simiente y una voluntad, en nuestro propio corazón, estaba luchando con la otra. El problema de hoy en día, es que no se viven esas verdades espirituales, que es donde el Señor quiere llevarnos”, expresó Ballesteros. (Leer Apocalipsis 2:23).

Por otro lado, explica que la enseñanza apostólica deja claro que el Señor es el único que puede aclarar lo oculto de esas tinieblas y manifestar la intención de nuestros corazones. Asimismo, que para experimentar esas verdades debemos volver el corazón al Señor, una vivencia que debe ser diaria para participar de la comprensión espiritual. (Leer Hebreos 4:12-13; 1 Corintios 4:5).

“El principio de la sabiduría es el temor del Señor, que es aborrecer el mal, la soberbia, arrogancia, el mal camino y la boca perversa (Proverbios 8:13). Ese temor no se aprende lo enseña el Señor. Pablo dijo en 2 Timoteo 3:7, que los que operan en la sabiduría carnal siempre aprenden, pero no llegan al conocimiento de la verdad. Todo lo que Dios ama, escoge y acepta es lo que procede de su hijo, lo que no tiene a su hijo como fuente él lo rechaza”, resalta Ballesteros. 


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