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Liberan a hija de pastor involucrada en brujería
Evangelismo Sociedad

Liberan a hija de pastor involucrada en brujería

Abr 5, 2022
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NOTICIACRISTIANA.COM.- Sarah González creció rodeada del amor de su padre, el pastor Andy González. Desde temprana edad, Andy compartió la Palabra de Dios con su hija, enseñándole que el poder del nombre de Jesús podía protegerla.

“Mi padre me decía: ‘Sarita, si ves un demonio, si tienes miedo o estás en peligro, di el nombre de Jesús’. Y entonces, en ese momento, a la edad de seis años, estaba muy cerca de él, la niña de papá”, dijo Sarah en una entrevista con CBN News.

Poco después, el pastor Andy falleció y dejó un gran vacío en el corazón infantil de la niña. “Estábamos en las Bermudas en unas vacaciones familiares. Cuando salíamos de la habitación del hotel, abrí la puerta del baño y vi a mi padre vomitando sangre en el lavabo. Y luego, dentro de las 48 horas, se desangró internamente hasta morir”, dijo González.

Al sufrir la pérdida de su padre, la niña comenzó a sentir ira con Dios por lo sucedido. “Recuerdo haber comenzado el primer grado tres semanas después de su muerte. Y en mis boletines, los maestros decían: ‘Ella solo mira por la ventana’. Solo saqué una F y recuerdo que en ese momento la ira comenzó a inundar mi corazón”, relató.

“Ese primer mes de regreso a la escuela, fui al baño de los niños y maldije a Dios con cada mala palabra que sabía, casi como si dijera: ‘Hiciste lo peor que pudiste hacerme. ¿Y ahora qué?'», reveló Sarah.

Invocando el nombre de Jesús

En su adolescencia, la joven comenzó a consumir drogas y alcohol para anestesiar su herida emocional. A los 26 años, González incursionó en la brujería, adorando deidades aztecas. 

Cada vez más atraída por lo oculto, una noche Sarah tuvo su primer encuentro con un espíritu maligno. “Tomé una dosis de marihuana e inmediatamente sentí un espíritu demoníaco. Y el diablo empezó a pelear conmigo para poseerme”, dijo.

En ese momento, la joven recordó la enseñanza que recibió de su padre en la niñez; invocar el nombre de Jesús en situaciones de peligro. 

“La pelea se puso tan mal que realmente tuve un profundo sentimiento de que moriría si no clamaba a Jesús. Y luego, finalmente, comencé a cantar ‘Cúbreme, Jesús’. Y tan pronto como el nombre de Jesús salió de mi boca, el demonio retrocedió”, dijo Sarah.

A pesar de haber sido rescatada de la posesión demoníaca, la joven siguió rechazando a Dios. “Me desperté y me dije a mí mismo: ‘Voy a fingir que esto nunca sucedió. Debe haber sido solo un ataque de pánico. A pesar de que sabía que esto era un  encuentro demoníaco. Y luego, durante los siguientes meses, todos los días viví con miedo de que volviera a suceder”.

Lo que Sarah más temía terminó sucediendo más tarde. “Vi un demonio manifestarse. Recuerdo que la cara era como si estuviera hecha de cera, y comenzó a derretirse, retorcerse y torcerse. Y todo mi cuerpo se llenó de tormento”, dijo.

Salvado por la oración de la madre

A la mañana siguiente, la joven despertó aún asustada y recibió un mensaje de su madre, quien completaría la obra de Dios en su vida: “No sé en qué estás metida, pero esto no es un juego. Hay liberación en el nombre de Jesús. El Señor me despertó en medio de la noche para orar fervientemente por ti”.

Ese amanecer, el Señor había despertado a su madre en otra ciudad para interceder por su liberación. Sara fue impactada por el amor de Dios. “Recuerdo estar muy atónita de cómo Dios me perseguía incluso en mi rechazo a Él”, declaró.

Ese día, la joven recibió la revelación de que Jesús es Dios, su Palabra es verdadera y que ella estaba viviendo en pecado. “Fue como si el Señor quitara instantáneamente el velo de mis ojos. Tuve la revelación de que mi vida cambiaría y saldría de esta oscuridad hacia tu luz”, testificó Sarah.

La joven fue liberada, sanada emocionalmente de la pérdida de su padre y se convirtió en seguidora de Cristo. Hoy es líder de jóvenes en su iglesia y está agradecida de haber sido salvada por Jesús. 

“Incluso en mi rechazo total hacia Él, Dios me ha abierto los ojos para ver quién es Él. Mi padre siempre se aferró a Isaías 54, que dice: ‘Tus hijos serán enseñados por el Señor, y grande será su paz’. Y Dios cumplió eso en mi vida, incluso cuando fui a los rincones más lejanos de la depravación y la rebelión total contra Dios”.


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