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Sociedad

Los destinos del pueblo judío

Oct 11, 2006
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Fritz Freundenheim, un exiliado judío dibujó su viaje desde Berlín hasta Montevideo. Emigrar para salvar la vida fue el lema de los 200 mil judíos que lograron escapar al régimen de Hitler huyendo a 90 países del mundo. El museo judío de Berlín abrió la primera exposición sobre el exilio del pueblo judío en la Alemania nazi, la otra diáspora. Se aprecian rostros que luego serán famosos, como el de Albert Einstein, Stefan Zweig, Theodor Adorno, Helmut Newton.

JUDÍOS PATRIOTAS
«Alemania Libre» era el periódico de los exiliados judíos en México. Se dieron cuenta en distintos momentos que era tiempo de irse y muchos lo hicieron demasiado tarde. La mayoría habían visto a sus padres luchar por Alemania en la segunda guerra mundial y se sentían completamente alemanes.

Los primeros exiliados judíos comenzaron a irse en 1933 hacia Gran Bretaña y los Estados Unidos; los que eran sionistas a Palestina. Recién en 1938, desde la llamada «Noche de los Cristales», donde los nazis incendiaron comercios y sinagogas, comenzó la verdadera huída de Alemania.

Existían muchas asociaciones judías que querían organizar la emigración, pero al final resultaron contraproducentes, porque querían buscar una solución dentro de Alemania y luego se demoraron demasiado tiempo en buscar países y lugares donde las condiciones de emigración resultaran óptimas.

AMÉRICA: LA TIERRA POSIBLE
Hasta el año 1938 Estados Unidos fue por lejos el país que más exiliados judíos aceptó. 140 mil habían llegado hasta que el gobierno estadounidense decidió crear la llamada Conferencia de Evian, para redirigir la emigración a toda América, anunciado además que restringiría el reingreso de los exiliados judíos.

La decisión de Estados Unidos hizo que a su vez todos los países americanos intentaran frenar el flujo de inmigrantes judíos, en una mezcla de temor por la posible inmigración masiva. Para ellos la emigración a América Latina fue sólo una segunda opción. Argentina fue el país privilegiado por los inmigrantes judíos; 40 mil lograron llegar y quedarse.

En la exposición está Werner Max Finkelstein, que había escapado de Alemania con 12 años y que luego de una casi interminable aventura por Suecia, Rusia, Venezuela, Brasil y Bolivia, terminó por llegar a Buenos Aires en 1941. En Buenos Aires, Finkelstein conoció también a exiliados alemanes que se habían enfrentado a Hitler sin ser judíos. Finkelstein se enamoró de una alemana y con ella volvió, hace 5 años, a la ciudad que abandonó a sus 12 años. Por lo menos en él, el trágico ciclo del exilio judío se cerró.

ACPress.net

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