Tormentas tropicales se agitan en el Atlántico y amenazan
NOTICIACRISTIANA.COM. – El Océano Atlántico se transformó en un atasco de tormentas tropicales a principios de septiembre, pero si gana la climatología, el mes seguirá siendo ajetreado.
El ciclón postropical Idalia pasó por las Bermudas el sábado y se disipó, pero el Centro de Pronósticos FOX dijo que sus remanentes pueden tener algunos impactos muy menores en Nueva Escocia y Terranova.
Las tormentas tropicales como Gert, serpenteó y se debilitó en el Atlántico abierto. Franklin se está moviendo a través del Atlántico norte y podría girar frente a la costa de Portugal durante un par de días antes de disiparse.
Más tormentas tropicales en el Atlántico
La depresión tropical doce se convirtió en la tormenta tropical Katia el sábado, pero apenas se mantiene en el estado de tormenta tropical.
Los meteorólogos están observando otra perturbación, Invest 95L, que ha surgido frente a las costas de África. Y se pronostica que una onda tropical sobre África occidental se desplazará hacia el mar en unos pocos días y tiene un 40% de posibilidades de desarrollarse en los próximos siete días.
Dos fuerzas meteorológicas en conflicto
Ninguno de los sistemas es una amenaza directa para la costa estadounidense en este momento. En cuanto al resto de la temporada de huracanes, que termina en noviembre, dos fuerzas meteorológicas en conflicto están luchando.
La primera fuerza es El Niño, el fenómeno climático que aparece de forma intermitente y puede afectar el clima en todo el mundo. Históricamente, produce abundantes cantidades de viento en diferentes velocidades y direcciones que destrozan las tormentas. Cuanto más fuerte se vuelve El Niño, mayor es su influencia para limitar la formación de huracanes en el Océano Atlántico.
Pero El Niño está compitiendo con el aumento de las temperaturas del agua del océano que acaparó los titulares este verano por blanquear los corales y convertir las aguas costeras de Florida en algo parecido a un jacuzzi. Los científicos creen que el cambio climático ha contribuido al calentamiento de los océanos. Las temperaturas anormalmente altas del agua proporcionan más energía para alimentar los huracanes y podrían frustrar los efectos mitigantes de El Niño sobre estas tormentas.
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