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Sociedad

La educación evangélica suma cada año más alumnos y aulas

Ago 28, 2006
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Aunque no de manera explosiva, la educación privada de origen evangélico viene registrando un crecimiento sostenido en Rosario, tanto en la creación de establecimientos y expansión de aulas, como en el alza de la matrícula. Hasta hoy existen 23 instituciones educativas protestantes en la ciudad, de todos los niveles de enseñanza: desde el inicial hasta el universitario.

La tradición arranca hace ya 131 años con la primera escuela metodista para niñas -luego devenida en el Centro Educativo Latinoamericano, hoy con más de tres mil alumnos, contando su universidad (la Ucel)- pero el fenómeno se consolidó y recibió un mayor impulso con la expansión de otros cultos evangélicos, como los pentecostales, desde fines de los 80 y sobre todo en los 90. Los hay confesionales y no confesionales, lo que implica que algunos incluyen materias religiosas en su matrícula y otros no; y en este último caso, se limitan a impulsar «valores cristianos» como un servicio más a la comunidad.

Históricamente la educación privada argentina estuvo en manos de la Iglesia Católica y en lo esencial esa situación perdura: de los 775 institutos particulares de enseñanza que hay en Santa Fe, más del 60 por ciento siguen siendo católicos. Y aunque hasta fines de los años 80 y los 90 la tradición protestante no había hecho pie con fuerza en el terreno educativo en Rosario (con algunas excepciones, sobre todo la metodista), desde entonces la situación empezó a cambiar.

Ese cambio, obviamente, no hizo sino reflejar el que se dio en el propio ámbito religioso, ya que desde 1990 a la fecha unos 700 credos evangélicos se anotaron en el Registro Nacional de Cultos. Ese hecho los lleva a representar hoy nada menos que el 75 por ciento de las religiones inscriptas en el país. Por eso no es extraño que ese avance se traduzca también en la educación.

«No se trata de un crecimiento explosivo, pero de hecho las evangélicas son las únicas que, luego del gran parate de la crisis, cuando no se abrió ninguna escuela, volvieron a crearse», admitió la supervisora general del Servicio Provincial de Enseñanza Privada, Lidia Benedetto. De todos modos, en los últimos 20 años, ese incremento se enmarca en otro más global que es el de la educación privada en general, donde también se destaca la creación de escuelas por parte de asociaciones civiles y culturales, y de centros de colectividades extranjeras.

Entre los cultos que sostienen establecimientos educativos hoy en Rosario figuran varios pentecostales (de distintas denominaciones), bautistas, metodistas, adventistas, de la Iglesia Evangélica Misionera Argentina y de los Hermanos Libres. Algunos poseen una escuela; otros, varias. Y de hecho existen los llamados «polidenominacionales», es decir, compartidos por distintos credos.

En el caso de la Iglesia Evangélica Misionera Argentina (Iema), ya van por el tercer establecimiento: uno de EGB (Nº1.406) creado en 1993; un polimodal (Nº2.071) del 94, con orientación en producción de bienes y servicios; y un terciario (Nº4.090) que otorga el título de técnico superior en multimedio desde hace tres años. Juntos forman el Complejo Educativo Cristiano Iema (Balcarce al 2600).

En este caso, se trata de instituciones confesionales, es decir, de estricta formación evangélica. «Vienen sólo quienes eligen formarse según ese dogma, pero pueden pertenecer a distintas congregaciones», explicaron desde la EGB. En esa dirección rehusaron dar el número de alumnos, aunque afirmaron poseer una matrícula «muy alta, que va en continuo aumento y obliga a seguir creando secciones por cada curso». Quizá por eso es que, aunque cuentan con un subsidio estatal del 100 por ciento, afirman que la subvención «no alcanza a cubrir más que el 16 por ciento del personal», concretamente siete cargos.

Los chicos que concurren allí no sólo son de Rosario, sino que llegan de Villa Gobernador Gálvez, Granadero Baigorria, Pérez, Funes, Roldán y hasta Carcarañá. Y esa situación se repite en otros establecimientos evangélicos, como los tres que dependen de la iglesia Santuario de Fe (Provincias Unidas 2050).

En este caso se trata de la escuela Fuente de Vida, la primera que la Iglesia Cristiana Pentecostal Argentina creó en toda la provincia, en el 88, y donde también se van agregando secciones de nivel inicial y EGB año a año, por lo que el subsidio estatal alcanza para cubrir el 80 por ciento de los 54 cargos de que disponen.

La directora, María del Carmen Torres, brindó una radiografía de sus 806 alumnos: el 70 por ciento dice pertenecer a algún credo evangélico, el 20 por ciento ser católico y el 10 restante no profesar ninguna religión. Obviamente, se trata de una «escuela abierta a la comunidad, que no quiere ser limitante por el credo y que incluso posee un 16 por ciento de chicos con necesidades educativas especiales incluidos en todos sus grados».

Los otros dos colegios dependientes de Santuario de Fe son la Escuela Cristiana Evangélica Nuevo Alberdi y San Pablo. A la primera -originalmente bautista y hoy polidenominacional- concurren 400 chicos de nivel inicial y EGB, la mitad de hogares no evangélicos. Y a la San Pablo, 300 alumnos que cursan el 8º y 9º años de EGB y un polimodal con dos orientaciones. Su crecimiento en los últimos tiempos se da a razón de tres secciones por año. Y también en este caso, el 60 por ciento de las familias dice no practicar esa fe, pero sí buscar una «educación con valores cristianos».

Paradójicamente, ambas escuelas son confesionales: los chicos reciben una prédica al entrar cada día y la materia Educación Cristiana. Sin embargo, «en esas clases no se tratan cuestiones doctrinales ni se confrontan creencias», dijo la representante legal de esos colegios, Patricia Pavón. Y si los chicos preguntan, por ejemplo, por qué no se veneran imágenes, la escuela «sólo da su posición sin imponerla, para que ellos mismos elaboren libremente sus conclusiones y compartan las decisiones con sus familias».

De la Unión de Asambleas de Dios (también de credo pentecostal) dependen otros colegios, como Príncipe de Paz, Rey de Gloria y el Complejo Educativo Vida (creado este año), que suman unos 700 alumnos. La directora de la primera, ubicada en zona oeste, aclaró que se trata de una institución «totalmente abierta a la comunidad, aunque obviamente con un proyecto educativo atravesado por los principios bíblicos». Allí asiste una mayoría de chicos del propio barrio.

Agencia Orbita

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