La capellanía religiosa de la policía bonaerense volvió a motivar comentarios en las últimas horas con un virtual rechazo para que una de las vacantes de ese espacio sea ocupado por un representante de la comunidad evangélica.
El afectado por esta decisión, el pastor Gabriel Miraz, denunció “discriminación religiosa” a raíz de esta decisión y solicitó audiencia al Secretario General de la Gobernación, José Scioli.
Miraz dijo que bajo ningún motivo la comunidad que él representa da cobertura a “sectas”, enfrentando así el argumento con el cual desde el ministerio de Seguridad se le habría rechazado su designación ”ad honorem” en la capellanía evangélica designado a quienes practiquen en la policía la fe protestante.
Cabe indicar que Gabriel Miraz es miembro directivo de la Confraternidad Evangélica Latinoamericana (CONELA), entidad que agrupa a la mayoría de los Concilios Nacionales de Iglesias Evangélicas de Sudamérica.
También mantiene fuertes vínculos con el arzobispo platense, monseñor Héctor Aguer, con quien coincide en una serie de temas de agenda además de mantener una “la relación de hermandad que nos une inclusive en temas teológico–filosóficos comunes”.
Miraz señaló que de acuerdo con sus sondeos propios, la creación de una capellanía evangélica se fundamentaría en la existencia de que “al menos un catorce por ciento de policías” que profesan esa religión.
Agencia Nova
