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Cuando Dios le habla al menos calificado
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Cuando Dios le habla al menos calificado

Ene 11, 2020
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NOTICIACRISTIANA.COM.- Por un algún tiempo pensé que Dios, siempre buscó a los mejores especímenes en la Tierra para que le sirvieran para sus propósitos, sin embargo, al escudriñar las Escrituras, te das cuenta que casi todo el que escogió Dios, no calificaba si lo vemos desde el punto de vista humano.

En realidad, es una locura que el Señor escoja al menos capaz, al más débil y también al menos agraciado.

Es increíble cómo Dios se valió de la gente más menospreciada para cumplir sus designios y cuando te detienes a ver sus vidas dices: “él no calificaba”, pero Dios lo hizo apto.

Entonces te preguntas ¿por qué Dios lo hizo idóneo y por qué al Todopoderoso le agrada usar a las personas menos competentes?, sigue leyendo vamos averiguarlo.

Moisés: El tartamudo

Creo que cuando Dios te llama lo menos que te dice, es “no eres competente para el trabajo encomendado”.

De Moisés aprendemos de entrada, que el mismo se quitó cualquier oportunidad que Dios quería darle. 

Primero dijo: “quién soy yo para ordenarle al faraón de parte de Dios que libere a su pueblo”, después afirmó que Israel le preguntaría el nombre del Dios que lo había enviado, no se acabaron las justificaciones, estaba seguro que los israelíes no le creerían y tampoco lo escucharían.

A pesar de la señal que Dios le mostró a Moisés para que el pueblo creyera, él estaba anuente y tampoco creía en el mismo.

Le dijo al Señor que no era elocuente, como si era por persuasión humana que iba a convencer al pueblo de Israel. “siempre que hablo se me traba la lengua”, Éxodo 4: 10 (Biblia Dios Habla Hoy).

La actitud de poca fe, hizo que Dios se enojara con Moisés, él tuvo que usar a otro como vocero, su hermano Aarón, para que hablara por él.

Moisés tuvo un único privilegio, el Altísimo hablaba cara a cara con él, pero a la hora de comunicar lo que el Santo de Israel le decía, no podía y entonces se lo tenía que decir a Aarón para que se lo dijera al pueblo.

Dios miró en Moisés lo que nadie podía ver y por eso lo había llamado, el Señor quería usar a un tartamudo y a un no elocuente.

A pesar que las cosas que dijo Moisés, Dios pudo haberlo desechado, pero él hizo lo que él menos esperaba. El Señor es un Dios que da al que no tiene y recibe al que no se lo merece.

Cuando Moisés no tenía ni una oportunidad, Dios le dio muchas y cuando nadie esperaba que el fuera usado, Dios lo eligió.

Al hombre torpe de lengua, Dios lo convirtió en un profeta, el único que tuvo el privilegio de ver a Dios y vivir, él que recibió de primerito las tablas de la ley y vio la letra de Dios, fue Moisés.

Después del encuentro con Dios, Moisés el que era menos calificado, jamás fue el mismo, y pasó de ser de un don nadie, a ser un siervo importantísimo que hasta nuestros tiempos aún seguimos hablando de él.

David: El pastor de ovejas

De David qué no se ha dicho, pero su principio es humilde, Dios manda al profeta Samuel a buscar a un rey a un pueblo llamado Belén que luego se convertiría en una gran ciudad importante.

Dios quería un nuevo rey, pero uno que fuera “conforme a su corazón”, aquí Samuel creía que a sus ojos él buscaría al más capacitado de los hijos de Isaí, pero no era él quien iba a escoger.

 Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón, 1 Samuel 16:7.

Vemos que el Señor no buscaba al calificado humanamente, Dios no había enviado a Samuel al lugar menos importante de Israel a encontrar a un gran hombre importantísimo, sino a un humilde pastor, a un jovencito, al menor de sus siete hermanos: David.

¿Qué vio Dios en David?

Un corazón imperfecto, un corazón flexible a su voz, un corazón que se arrepentiría cuando fallara, un corazón dispuesto a reconocer su pecado a pesar de ser un rey, un corazón que quería más de Dios y menos de él mismo.

Es por eso que David derrotó a Goliat, porque él no era capaz para vencer a un experto en guerra, pero David nunca dijo te derrotaré, sino que dijo: “Jehová te entregará hoy en mi mano”. 

El pastorcillo tenía mucha fe en Dios, él reconoció que si el Señor lo había librado del oso y del león por qué no haría igual con Goliat.

De David aprendemos, que son los menos calificados los que aprenden a confiar más en el poder de Dios, solo de esa manera entenderemos que Dios es el protagonista a quien se le debe dar honra y gloria.

Es Dios a quien deben conocer las personas, no a nosotros, porque nosotros solo somos instrumentos para su gloria, cuando no éramos nada, Dios nos dio importancia.

Pablo dijo que lo más vil y menospreciado Dios los escogió para que fuera, cuando humanamente nunca había sido nada. No fuimos escogidos por ser poderosos, ni nobles ni sabios, sino porque a Dios le plació en su amor y misericordia salvarnos.

“…y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es”, 1 Corintios 1:28.

La próxima vez que te sientas no apto, no calificado y menospreciado, recuerda que existe Dios, porque para el mundo podrás no servir o no serles útil, pero para el Altísimo tu vales mucho y por eso él murió en la cruz por cada uno de nosotros.


Publicado en: NOTICIACRISTIANA.COM – Escrito por Nínro Ruíz Peña – Entérate diariamente de todas las noticias cristianas evangélicas.


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