¿Por qué ocurren milagros donde no hay fe?
NOTICIACRISTIANA.COM.- No sé ustedes, pero yo me encuentro constantemente cuestionándome y dudando de cosas que ya me han sido aclaradas, pero se me olvidan y necesito volver a comprender.
Y no importa cuántos milagros, cosas sobrenaturales, curaciones, respuestas y palabras haya experimentado o presenciado en la vida de otros, todavía no logro recordar. ¿No es gracioso lo fácil que es perder de vista el reino?, ¿de las buenas noticias?, ¿de Dios?
Leyendo los evangelios y leyendo un libro que habla de ellos, me di cuenta de algo interesante, Jesús realizó varios milagros, curaciones, prodigios, señales y nada fue suficiente para muchas personas.
Muchos no creyeron en él, solo porque resucitó a alguien, ni siquiera eso fue suficiente, de hecho, su resurrección no fue suficiente para una multitud. Sus discípulos, aun viviendo tanto tiempo con su maestro, poco antes de su muerte, uno de ellos dice: “Muéstranos al Padre”; todavía estaban buscando a Dios, cuando Dios estaba sentado justo en frente de ellos.
¿Qué pasa con los milagros?
¿Sabes por qué los milagros no funcionaron en tantas personas? Porque los milagros pocas veces generan fe, lo que suele ocurrir es lo contrario: la fe genera milagros.
Lo que sigue fallando es nuestra fe, lo que nos sigue olvidando es alimentarla y cultivarla. La buena noticia es que nuestro Dios es un Padre de amor, gracia y misericordia, y sí, a él le importa, él está listo para escuchar tus dudas, tus debilidades y tus preguntas, él está listo para ayudarte, acogerte, y si quieres, transformarte por completo.
Como dije, él es un padre de amor, y el amor no nace de la obligación, el amor no nace del chantaje ni de la fuerza, el amor nace en la libertad, el amor nace en la elección de amar.
Él elige amarnos siempre, nos ama tanto que entregó a su hijo para que pudiéramos ser salvos aun sin el más mínimo mérito. La elección de amarlo, también está en nuestras manos.
No espera la perfección, Dios sabe de lo que no somos capaces. Pero él espera un corazón entregado a él, sin reservas, con sus faltas, debilidades y pecados, entregado en sus manos para cuidar, amar, perdonar, salvar.
Los milagros suceden a menudo, a pequeña escala, como despertarse por la mañana, por ejemplo, pero muchos no se dan cuenta, porque los milagros no convencen, los milagros no ayudan por sí solos. Sin embargo, para quien ve con los ojos de la fe, para quien ve al Dios del amor, la gracia de Cristo, la vida misma es un verdadero milagro.
Escrito por Mariana Mendes , escritora y estudiante.
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