El creciente mercado de la música cristiana

Ver cómo Gerardo Mejía pasó de «rico, suave» y «Ven michu michu» a «Sueña» confirma que la fé se ha convertido en una fuerza que impulsa una cara distinta de la música en el Ecuador y en Latinoamérica. ¿Géneros musicales,estilos? son lo de menos, lo que importa a estos grupos es el mensaje que en sus letras se puede dilucidar.

Así es como en Ecuador, los cristianos reconocen con facilidad nombres como el de Tony Tamayo, que a través del pop canta a Dios y a la vida. Están también grupos que desde el white metal dan su mensaje, como los guayaquileños Sacrificio o los quiteños de Dam, Ángel Blanco o No Retornable.

Pero la popularidad en Latinoamérica acompaña también a cantantes como Marcos Witt, nacido en San Antonio, Texas, quien ha grabado 30 discos y registra según su página web más de 7 millones de copias vendidas, además de su último libro, el cual ah competido en rankings mundiales por la aceptación que este ah tenido en el mundo secular.
Witt, además, ya ha ganado tres Latin Grammy y es un precursor de la música cristiana como género que compite en las grandes ligas comerciales.

Suenan además nombres como del grupo mexicano Rojo, con una propuesta alternativa, y que compite con Paulina R. Aguirre por la presea de Mejor Álbum de Música Cristiana. Está también el grupo Funky Town, de Puerto Rico, que apuesta por el reggaetón, mientras los colombianos Álex Campos y Misión Vida que se van por el ska, el rock o el reggae.

Por su parte, el afamado hip hopero Vico C mantiene su faceta cristiana junto a su propuesta urbana. Otros, como Jesús Adrián Romero y Danilo Montero, incursionan en la producción musical, pero su labor se centra en la música de alabanza, que se canta en los cultos cristianos.

Editado por Valentina Ortiz
Fuente: Elcomercio.com