NOTICIACRISTIANA.COM. – Sergio Luiz es un misionero de Cristo perteneciente a la Iglesia Bautista de Brasil. A diferencia del resto de servidores, él, perteneció durante muchos años al mundo LGBTQ, informó Guíame.
Comparte que vivió una infancia muy difícil en medio de una familia disfuncional. Desde la adolescencia tuvo sus primeros acercamientos con otros travestis, un estilo de vida que siempre le pareció interesante.
Optó por usar prótesis
A los 15 años empezó a usar su primera prótesis de silicona, y a los 17 se fue a Europa a trabajar con otros travestis, donde se convirtió en una víctima más de la trata de personas. Perdió su pasaporte y le obligaron prostituirse.
“Me caí en las drogas, comencé a cortarme. Estaba intentando suicidarme. En la calle me apuñalaron. Me gustaba robar, tenía sed de robar”, revela en un material audiovisual producido por la Junta de Misiones Nacionales de la Convención Bautista Brasileña.
Sergio cruzó la frontera española en tren, incluso sin pasaporte, y llegó a Roma. En Italia conoció a travestis famosos y comenzó a trabajar en clubes nocturnos.
«Comencé a ganar mucho dinero, pero no estaba contento», reconoce.
Regresa Brasil
De regreso a Brasil, Sérgio pasó tiempo en Carandiru , un centro penitenciario que sufrió una masacre en el norte de São Paulo. Fue en este lugar donde escuchó sobre el Evangelio de Cristo.
“Allí comencé a usar muchas drogas. Dormí durante días, viviendo en un agujero, sentí que iba a morir porque ya había tenido dos sobredosis. Grité: Jesús, hijo de David, ten piedad de mí”, comenta.
Cuando salió de la penitenciaría, fue recibido por la Primera Iglesia Bautista en São Paulo y comenzó a integrarse al programa enfocado en drogadictos llamado Cristolândia.
“Comencé a cortarme el cabello y me dejaron implantes de silicona en mis senos, piernas y caderas. Bajé a las aguas con silicona y allí sentí la presencia de Dios ”, recuerda.
Elimina la silicona
“Fue necesario realizar nueve cirugías eliminando toda la silicona de todo el cuerpo. Fue un gran desafío porque estaba en riesgo de vida ”, informa el pastor Exequias Cerqueira.
Sérgio comenzó a trabajar en una casa de recuperación y allí conoció a Miriam Souza, la mujer que en el futuro se convertiría en su esposa.
“Algunas personas me criticaron, otras trataron de asustarme y dijeron que podía caerse. No le di crédito. Vi a Sérgio como una respuesta a la oración en mi vida ”, comenta ella.
Sérgio y su esposa se graduaron del Curso de Misionología en el Centro Integrado de Educación Misionera (CIEM) y se hicieron misioneros conscientes de su vocación.
“Mi llamado es ayudar a otros y dar testimonio de la Palabra de Dios. Tengo el llamado misionero callejero, para rescatar vidas ”, dice Sérgio. “Han pasado diez años de conversión. Jesús entró en mi corazón y transformó mi vida”.
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