Autoridades perdonan a ex narcotraficante tras ser transformado por Jesús
NOTICIACRISTIANA.COM.- Elizabeth Quitos creció en un hogar abusivo. Con tan solo 4 años, comenzó a ser golpeada por su madre luego de que sus padres se divorciaran.
La niña sufrió violencia durante años, y terminó creyendo que nadie la amaba, distorsionando su visión de sí misma. «Traté de pedir ayuda y no me escucharon y me demostró que no me amaban», dijo Elizabeth a The 700 Club.
Además de ser agredida en el hogar, la niña también fue acosada en la escuela con violencia física e intimidación. Para lidiar con el dolor emocional, a los 10 años, Elizabeth comenzó a autolesionarse.
Aunque asistía a la iglesia, Quitos no conocía el amor de Dios y sentía que Él era indiferente a su sufrimiento. “Si realmente me ama y se preocupa por mí, ¿por qué sucede esto?”, preguntó.
A los 14 años, Elizabeth se escapó de casa y se fue a vivir con su padre, con la esperanza de ser amada y cuidada por él. Sin embargo, la adolescente tampoco recibió cariño paterno y decidió huir nuevamente.
A la edad de 15 años, abandonó la escuela y se mudó con un hombre de 27 años, de quien se había enamorado, después de recibir elogios y atención. Pero, él era un traficante de drogas y solo la usó en su negocio.
Víctima de explotación sexual
Elizabeth se dedicó a vender drogas y se volvió adicta a la metanfetamina. Un año después, el hombre fue detenido y una mujer se hizo cargo del negocio ilegal. El nuevo capo de la droga obligó a la joven a ejercer la prostitución.
“No tenía ningún valor. Cada vez que me subía a los autos con estos hombres, tenía que desvincularme de mi cuerpo para superar eso”, dijo Quitos.
Durante los siguientes diez años, Elizabeth vivió en las calles, ganando dinero solo para sobrevivir y mantener su adicción, y fue arrestada varias veces. “Me estaba muriendo por dentro y no me sentía humana, no me sentía amada”, reveló.
La joven quedó embarazada a los 26 años, pero la maternidad no tuvo el poder de transformarla y siguió viviendo de la misma manera. En 2011, Elizabeth fue sentenciada a cinco años de prisión por vender drogas y perdió la custodia de su hija.
“Cuando perdí a mi hija, comencé a despertar y a sentir mis emociones que cargué todos estos años”, dijo.
Encontrar a Dios en la prisión
En prisión, Elizabeth decidió cambiar su vida y buscó la ayuda del pastor Marty, quien atendía a los reclusos. Por primera vez, la joven se sintió amada y acogida por alguien y recibió una revelación del amor de Dios.
“Jesús me estaba escuchando sin juzgarme, sin menospreciarme, sin insultarme. Estaba viendo el sufrimiento por el que estaba pasando”.
Elizabeth comenzó a asistir a estudios bíblicos en la cárcel y comprendió, quién era realmente Dios y llegó a verse a sí misma como su amada hija. Más tarde fue liberada en un programa de recuperación para mujeres, donde se enteró de que el abuso y la explotación sexual por los que había pasado, no eran culpa suya.
“Sentí esta paz completa y sentí un despertar sobrenatural, como si Dios tuviera muchos planes para mí. Entonces comencé a tener mi propia relación con Él”, testificó.
La ex narcotraficante se entregó a Jesús, fue bautizada en agua en 2015 y experimentó una transformación de vida. Dos años más tarde, Elizabeth ganó el indulto del gobernador por sus crímenes pasados.
“Sentí que estaba teniendo una segunda oportunidad y que todo mi pasado estaba siendo borrado por completo. Fue un milagro para mí”, declaró.
Hoy, Elizabeth está casada y ha recuperado la custodia de su hija. También dirige un albergue para víctimas de tráfico sexual y encontró en Dios el amor que estaba buscando.
“Sé que Dios me ama incondicionalmente. Él me muestra esto todo el tiempo. Me siento protegida y segura porque sé que al final del día, Dios se asegurará de que todo salga bien”.
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