¿Pueden los cristianos declarar las cosas para que existan?
NOTICIACRISTIANA.COM.- La confesión positiva es una enseñanza falsa en el cristianismo que afirma que los creyentes tienen el poder de crear su propia realidad mediante sus palabras. Se basa en la idea de que somos «dioses pequeños» creados a imagen de Dios.
Sin embargo, esta enseñanza carece de base bíblica y se originó en la filosofía de la Nueva Era.
Esta doctrina no concuerda con la realidad y puede generar expectativas erróneas. Además, invertir los roles entre el hombre y Dios y creer que nuestras palabras tienen un «poder creativo» es incorrecto y peligroso.
La confesión positiva se deriva de una mala interpretación de las Escrituras y combina algo de verdad con una mentira. Para protegernos de estas falsas enseñanzas, debemos discernir correctamente y considerar el contexto en el que se usan las Escrituras.
Falsa enseñanza
Se ha malinterpretado un pasaje bíblico en Romanos 4:17 para respaldar esta enseñanza, pero en realidad habla del poder de Dios para llamar a las cosas a la existencia, no del poder creativo del hombre.
Romanos 4:17 dice: “(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen”.
De alguna manera, algunos se han enfocado erróneamente solo en la frase final de este pasaje que dice, “llama a la existencia las cosas que no existen”.
Es posible que incluso hayas escuchado a alguien decir: «Llamo a las cosas que no son como si fueran». Ahora, una mirada cercana al contexto de este pasaje revelará que es Dios quien tiene el poder de hablar para que las cosas existan:
Pablo está en medio de una discusión sobre la necesidad de la fe, para recibir la promesa de salvación. Él usa a Abraham como un ejemplo. El contexto se refiere a la capacidad de Dios para dar vida a la matriz estéril de Sara. Como ves, es Dios y solo Dios quien tiene la capacidad de «llamar a la existencia las cosas que no existen», no nosotros. Esto subraya la importancia de observar el contexto para protegerse de las falsas enseñanzas.
“Yo manifiesto”
Otra palabra de moda que puede escuchar a la gente decir hoy en día es la palabra manifiesto. Alguien puede decir, “manifesté a mi esposo” o “manifesté el trabajo de mis sueños”. Esto también proviene de la filosofía de la Nueva Era y, lamentablemente, muchos cristianos se suscriben a ella.
Entonces, ¿qué papel juegan exactamente nuestras palabras? La Biblia tiene mucho que decir acerca de cómo usamos nuestras palabras. Debemos usar nuestras palabras para edificar a otros. Debemos usar nuestras palabras para animar a otros. Debemos aconsejar a las personas, motivar a las personas, inspirar a las personas, consolar a las personas y, en ocasiones, corregir a las personas.
La Biblia también dice bastante acerca de cómo no debemos usar nuestras palabras. Debemos abstenernos de chismes, calumnias, críticas, bromas sucias, arrebatos de ira y otras formas de conversación malsana. Así que nuestras palabras tienen poder, pero no en la forma en que muchos del movimiento de la palabra de fe afirman.
Es esencial discernir correctamente y prestar atención al contexto de las Escrituras para protegernos de enseñanzas falsas como la confesión positiva. Nuestras palabras tienen poder, pero debemos usarlas para edificar, animar y seguir los principios bíblicos, evitando la negatividad y las malas conversaciones.
Artículo escrito en Crosswalk por Allen Parr.
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