La ley de Dios, es su palabra viviente, infundida como sustancia

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NOTICIACRISTIANA.COM – La ley que Dios entregó a Israel, a los pies del Monte Sinaí, abarcaba aspectos de la vida diaria. Además, estas leyes les permitió a los israelitas, conocer el carácter de Dios. Sin embargo, muchos tienen la idea equivocada, de que la ley estaba llena de normas complicadas y difíciles de aplicar. 

El apóstol Lucas Márquez, en su análisis al libro de Éxodo 20: 1-17, explica que se relata los mandatos que Dios, dio a Israel, en el Monte Sinaí, después de ser liberados de 430 años de esclavitud, en Egipto. 

“Dios los llevó al monte Sinaí para traerlos a su presencia y conocimiento. Entonces, debes entender que cada vez que sirves a Dios, necesitas ser traído al conocimiento y persona de Dios. La ley de Dios refleja su carácter, su corazón y sus intenciones. Eso fue lo que sucedió, cuando Israel fue llevado por Dios al Sinaí”, precisa Márquez. Leer 2 Tesalonicenses 2:1-12. 

Agrega que tanto el Tabernáculo como el Arca del Pacto, donde están las tablas de la ley, deben ser considerados testimonios de Dios. Por lo tanto, opina que la ley es la Palabra viviente de Dios. En este sentido, menciona que el apóstol Pablo siempre dijo que toda Escritura es inspirada por Dios y no se trata de prohibiciones y mandamientos, complicadas para ser cumplidas. Leer Éxodo 31:18 y 20:1.

Inspirado por Dios

“Pablo asegura que toda Escritura es inspirada por Dios. Entonces, cuando Dios habla está exhalando y cuando nosotros escuchamos, estamos inhalando. El propósito de Dios, es ser infundido en los hombres, ser soplados en ellos, no complicar la vida de los seres humanos. Es decir, la impartición de Dios en nosotros, a través de la Palabra, no un mandamiento”, exhorta Márquez.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”.

2 Timoteo 3:16

“Dios no tiene planes con ningún ser humano fuera del hijo. Su palabra no es prohibición, es la noticia que él mora en nosotros. La ley que viene de él, es su Palabra viviente, que se infunde en cada uno de nosotros como sustancia, cuando le amamos. Es decir, es el elemento constituyente de nuestro ser, como nueva creación, que es la vida en Cristo, que es la Palabra, el verbo”, describe el estudioso. 

Por lo tanto, expresa que el mandamiento de Dios, son los requisitos que debemos guardar y cumplir con toda nuestra fuerza. Mientras, que la Palabra de Dios, es su aliento al hablar, que exhala algo dentro de los que le escuchan, en comunión con él. 

Violar la ley

“Si permanecemos en Jesús expresamos la vida, como se lee en Juan 14:21 y 23. Por consiguiente, nos queda bien claro que Dios quería llevar conocimiento al pueblo de Israel. Cristo mora en nosotros. Pero, no somos capaces de obedecer los mandamientos de Dios, del Antiguo Testamento, ni los del Señor, que se manifiestan en el Nuevo Testamento”.

Lucas Márquez

Asimismo, el estudioso sabía de antemano, que el hombre iba a violar la ley, y el primero fue Moisés, cuando destruyó las tabla por un arranque de ira. 

“Dios nos dio la ley para ser violada, porque sabía que la íbamos a violar, y al violentarla, él nos notifica de nuestra impotencia e ineptitud. Ningún ser humano cumplió la ley moral, Jesús violó la ley ceremonial, que no va con el Nuevo Pacto, recordemos que sanó en sábado. La ley moral de Dios no ha cambiado, es eterna. Cuando vino Cristo, el cordero perfecto, el moro dentro de nosotros como gracia. Pero, el problema somos nosotros que no estamos a la altura de las demandas de Dios”, destacó Márquez. 


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