NOTICIACRISTIANA.COM – Siempre nos preguntamos ¿Cómo estamos obedeciendo la Palabra de Dios?, como el conjunto de mensajes o mensajes enviados por él. La Biblia enseña que la Palabra de Dios, con la ayuda del Espíritu Santo, se debe considerar y obedecerla en conexión con Jesucristo.
El apóstol Lucas Márquez, en su análisis al libro de Éxodo, determina que no se puede separar la Palabra del Espíritu, porque la Palabra es Espíritu, tal como lo enseñó Jesucristo.
Agrega que de acuerdo a Éxodo 20:1, la Ley que recibió en el monte Sinaí, el pueblo de Israel, es la Palabra que salió de la boca de Dios. Leer Hebreos 1:1.
“Dios creó todo hablando, es su forma de operar o trabajar. Por lo tanto, mientras Dios siga hablándome, continúa trabajando en tí. En Éxodo, capítulo 20, vemos esa Palabra tratada desde el aspecto de la ley. En Salmo 119:05, es descrita como luz y en el verso 130, destaca la importancia de estar expuesto a ella”, describe Márquez.
El estudioso indica que es importante considerar cómo La Palabra viva, alumbra a aquellos que le buscan de corazón. Leer Salmo 119:13, 42 y 88.
Conocer las Escrituras
“La Palabra de Dios fue dada, para traernos hacia Dios. El apóstol Pablo entendió que la ley, es la Palabra dictada en el monte Sinaí. Asimismo, el apóstol exhortó que la Palabra, es el ayo o la instrucción para llevarnos a Cristo. Pero, si esa ley no está conectada al espíritu de Cristo, puede matarte, porque expone nuestra propia incapacidad de agradar a Dios en nuestras fuerzas naturales”, destaca Márquez.
En este sentido, Márquez menciona la situación del Señor con los fariseos, a quienes les dice que son disciplinados en escudriñar las Escrituras. Pero, cometieron el error de no reconocer el cumplimiento de las Escrituras, porque las Escrituras se referían a Cristo.
“Escudriñar las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida”.
Juan 5:39-40
“El negocio de ellos era escudriñar las Escrituras, no esperar el cumplimiento de las Escrituras. Entonces, el problema de los religiosos no es la Escritura, sino cuando esa Palabra te pone bajo la presión de la revelación, y empieza a cumplirse en la vida de ellos. Por lo tanto, todo el problema del ser humano no está en las Escrituras, sino en el cumplimiento de ellas”, precisa Márquez.
Dios es luz
Además, indica que Dios es luz y en él no hay oscuridad y para recibir luz de La Palabra de Dios debemos ejercitar nuestro Espíritu, porque la verdad no está en las Escrituras, sino en aquello que nos revela la Escritura, que es Cristo. Por lo tanto, a Cristo se le conoce por el Espíritu de revelación, el ejercicios de nuestro Espíritu, con el Espíritu Santo, hará que toquemos al viviente que me ve, que es la Palabra. Leer Salmo 109:105 y 1 Juan 1:5.
“Nuestro Espíritu es el órgano adecuado para hacer contacto con el Espíritu Santo. Entonces, tocar la Palabra qué Espíritu debe ser con Espíritu. Pablo enseñó que todas las Escrituras son el soplo de Dios, hay que orar todo el tiempo para entender que la Palabra no es letra, sino el aliento de Dios. Cuando venimos de regreso a la Palabra, solo puede ser revelado a nosotros por el Espíritu Santo, que es el autor”, acotó Márquez. Leer Efesios 5:18-20 y 6:18.
“Todas las funciones de la Palabra de Dios constituyen el obrar de una persona viva, porque la Palabra es viva y eficaz. La Palabra viviente que es Cristo, hace su trabajo en nosotros, destruye la herencia que traemos de nuestros padres, quedamos desnudos ante aquel que debemos dar cuenta. Seremos juzgados por la Palabra. Pablo, enseñó que el fin de la ley, es Cristo. Entonces, el problema no es la ley, sino la incapacidad de cumplirla”.
Lucas Márquez
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