NOTICIACRISTIANA.COM.- El Baile es parte de muchas culturas a nivel universal y su práctica es realmente antigua, incluso, así lo reseña la Biblia.
En la actualidad, existen muchos géneros musicales pensados para ser bailados, como el Meregue, la Salsa, el Reggaetón y la Bachata. Sin embargo, sus bailes pueden ser pecaminosos y atraer el pecado de la inmoralidad sexual.
Lo primero que un cristiano debe tomar en cuenta es que no existe algún versículo que condene el hecho de bailar.
De hecho la daza forma parte de la alabanza y es permitida cuando se realiza para Dios.
En el Antiguo y en el Nuevo Testamento podemos ver diversas palabras referentes al baile, como por ejemplo: “mâchôl”, “râqad”, “kârar” y “mechôlâh”.
La página Vida Eterna explica cómo fueron utilizadas estas palabras en el contexto bíblico:
- – Salmos 30:11: “Has cambiado mi lamento en baile (mâchôl); me quitaste la ropa áspera y me vestiste de alegría
- – Eclesiastés 3:4: “Tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de hacer duelo y tiempo de bailar (râqad)”.
- – 2 Samuel 6:14: “David, vestido con un efod de lino, danzaba (kârar = remolineaba) con todas sus fuerzas delante de Jehová”.
- – Éxodo 15:20: “Entonces María, la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron detrás de ella con panderos y danzas (mechôlâh).
Baile secular
Dentro del ámbito secular debemos tomar en cuenta que existen bailes que estimulan el deseo sexual. Incluso estos bailes se realizan entre hombres y mujeres no casados.
La página Israel Venezuela indica que la Biblia condena la “lascivia”, aquella actitud carnal y que se traduce como “movimientos indecentes del cuerpo”.
Quienes quieran permanecer siendo puros, deben evitar estos bailes pecaminosos pues ofenden al Señor.
Además, los cristianos deben mantenerse alejados de los impulsos sexuales fuera del matrimonio.
El baile también puede estar relacionado con elementos no cristianos, como las discotecas, los clubes nocturnos, el consumo de bebidas alcohólicas en las fiestas, etc.
Siempre es importante tener presente lo que indica el Señor en Levítico 11: 44 “Porque yo soy el Señor vuestro Dios. Por tanto, consagraos y sed santos, porque yo soy santo. No os contaminéis, pues, con ningún animal que se arrastra sobre la tierra”.
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