Mujer relata milagro tras ser aplastada por tren: “Dios es grande”
NOTICIACRISTIANA.COM- Geralyn Ritter, una valiente sobreviviente, testificó sobre la gracia divina, después de un horrible accidente de tren en Estados Unidos.
Según informa Missoesurgente.com, su historia es un testimonio de resiliencia y fe, en medio de la tragedia.
Todo comenzó con un viaje en tren, desde Washington a Filadelfia. Geralyn, emocionada por regresar a casa, envió un mensaje a su esposo Jonathan:
“Dejando Filadelfia, estaré en casa pronto. No puedo esperar a verte”. Pero lo que siguió, fue una pesadilla.
El tren, comenzó a tambalearse peligrosamente. Geralyn, en el primer vagón, cayó al suelo, mientras los pasajeros luchaban por mantener el equilibrio. Su último recuerdo fue, su propio grito de angustia.
Las noticias pronto informaron, del descarrilamiento del tren. Las autoridades revelaron, que el transporte viajaba a una velocidad vertiginosa, de 170 kilómetros por hora.
El resultado fue devastador: siete personas murieron, y muchas más quedaron desaparecidas.
Jonathan, el esposo de Geralyn, sintió un escalofrío al enterarse del accidente. Rastreó el teléfono de su esposa, hasta el lugar del siniestro, y corrió allí con la esperanza de encontrarla con vida.
Su hijo, Austin, también se unió a la búsqueda, enviando mensajes, y llamando a hospitales, durante toda la noche.
Finalmente, llegó la noticia que tanto ansiaban: “La encontramos. Ella está viva”. Geralyn había sobrevivido, pero su estado era grave. Los médicos no estaban seguros de sí, resistiría los siguientes días, debido a las heridas sufridas en el accidente.
Durante tres días, Geralyn permaneció en coma. Cuando finalmente despertó, no podía moverse, pero se comunicaba parpadeando. Los médicos le informaron, sobre sus lesiones abdominales: costillas aplastadas, y un pecho gravemente dañado.
A pesar de las probabilidades, Geralyn atribuye su supervivencia a la gracia de Dios.
“El accidente fortaleció mi fe, de muchas maneras. Sé que no habría sobrevivido sin mi fe. Hubo muchos momentos difíciles, y pensé: “No puedo seguir haciendo esto. Pero la fuerza que Dios me dio, para superar algunos de esos puntos bajos, y la fuerza que vino de nuestra comunidad de fe, y de otros, tuvieron un impacto. No estaba sola”, concluyó.
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