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Misionero cuenta cómo la oración impidió que terroristas lo mataran
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Misionero cuenta cómo la oración impidió que terroristas lo mataran

Mar 26, 2018
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MOSUL, IRAK.- El misionero Dave Eubank estaba en Mosul, Irak, con equipo de salud que daba apoyo a los soldados de los Free Burma Rangers (FBR), que luchaban al lado del Ejército iraquí contra los jihadistas del Estado Islámico. El 18 de mayo de 2017, él estaba trabajando en la unidad de apoyo médico cuando él y el teniente Hussein fueron rodeados.

Eubank revela que oraba todas las mañanas con los soldados de los FBR antes de las operaciones. Su objetivo era ayudar a evacuar a los civiles de la ciudad. Pero cuando se vio en medio del fuego cruzado, rodeado por los combatientes del Estado Islámico, comenzó a clamar por el nombre de Jesús tan pronto como oyó los gritos de Allah Akbar. De repente, tres hombres vinieron corriendo hacia su dirección y disparando.

Luego sintió un dolor en su brazo izquierdo y vio que brotaba sangre. A su lado, Hussei estaba caído y se contorsionaba de dolor, con tres tiros de AK-47 en el pecho, dos en el brazo izquierdo y uno en la pierna izquierda. El misionero creyó que había llegado su hora. «Yo sé que fue Dios quien me ayudó» asegura. «De repente, ellos simplemente se marcharon».

Con la ayuda de los misioneros Zau Seng y Justin, Eubank consiguió levantarse y sacar a Hussein de la calle. Los combatientes del ISIS que estaban escondidos, seguían disparando. Mientras el equipo de los FBR atendía a Hussein, él oraba.

Se tardó más de 20 minutos hasta que el blindado del ejército iraquí consiguó llegar hasta allí y llevar a los heridos a un hospital. A pesar de haber sido apuntado a quema de ropa. Hussein sobrevivió. Los médicos dijeron que era un verdadero milagro. Uno de ellos afirmó: «Nunca he visto a nadie sobrevivir a heridas como esa, sólo Dios podría haberlo ayudado».

Se tardó mucho tiempo hasta que Hussein recibió alta, pero cuando pudo fue a buscar a Eubank para agradecerle. El misionero revela que aun siendo cristiano, el teniente tenía dificultades para entender lo que había sucedido. Él sobrevivió, aunque se quedó con los movimientos del brazo comprometidos.

«Le recordé el poder de la oración y le dijo que muchas personas estaban orando por nuestro trabajo allí. Nuestro equipo se reunió en oración por él y pedíamos que Dios nos protegiera», testifica Eubank.

Tras su regreso Estados Unidos, el misionero ha estado contando esas y otras historias en las iglesias, pidiendo que los cristianos no paren de orar por sus hermanos y hermanas perseguidos por los jihadistas en Oriente Medio. Aunque reconoce que hay un gran número de muertes, relata lo que le sucedió a él y Hussein como manera de estimular que más personas se dispongan a trabajar en la región.

[ Fuente: FaithWire ]

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