Un grupo de sordo-ciegos de cuatro denominaciones eclesiales del país se dieron cita en las instalaciones de la Iglesia de “Los Amigos”, en esta ciudad del oriente cubano, con el propósito de compartir experiencias de fe y procesos de mejoramiento de su autoestima, a partir de su inserción en las tareas de sus respectivas congregaciones y, también, de la sociedad.
El Encuentro Nacional de Sordo-Ciegos Cristianos dio continuidad a la labor sostenida de la Pastoral con Personas Diferentemente Capacitadas del Consejo de Iglesias de Cuba (CIC), en un esfuerzo porque el ministerio de la inclusión alcance a uno de los sectores más vulnerables y difíciles dentro de esta labor y las congregaciones asuman el reto humanista que encarna el ejemplo de Jesucristo.
El reverendo Noel Fernández Collot, fundador de esa Pastoral y con un trabajo sostenido no solo a nivel de país sino, también, continental como miembro de una de las comisiones del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), en su labor de organizador de la cita expresó que “resulta evidente el salto cualitativo de este sector en sus aportes, tanto a la Iglesia como a la sociedad, a partir de su superación personal y colectiva.”
Por su parte, la señora Blanca Esther, miembro de la Iglesia Bautista ubicada en la comunidad conocida como Babiney, en la provincial Granma, una de las regiones con mayor incidencia en el país en este tipo de discapacidad, afirmó que “por nada del mundo me pierdo este encuentro anual que, además de ser una fiesta para el espíritu, resulta tan útil en nuestra capacitación y elevación de nuestra autoestima.”
Celebraciones litúrgicas, debates sobre diversos tópicos, incluso paseos por la playa, conformaron el programa del Encuentro donde que las mismas personas sordo-ciegas tuvieron a su cargo la preparación de las actividades.
Un aspecto interesante de la cita fue el foro con familiares, intérpretes-guías y líderes de las congregaciones presentes, el cual se realizó, de manera paralela, para analizar el mejor modo de adecuar la fe a las realidades vivenciales de este particular universo de personas.
Como resultado del mismo se prepara ya un intercambio de experiencias sobre el lenguaje con sordo-ciegos, a celebrarse, del 6 al 8 de julio, en la provincia de Ciego de Ávila, al centro de la isla.
“Se espera que este nuevo conclave sea el espacio idóneo en donde surjan decisiones sobre una posible unificación del lenguaje de sordos y ciegos, y una implementación de métodos más eficaces para la enseñanza de la fe a aquellas personas que, todavía, no han conocido la capacidad transformadora del Evangelio de Jesucristo dentro de este importante sector” concluyó Fernández.
alc
