Los integrantes del grupo religioso Vision Beyond Borders (Visión sin Fronteras) dijeron no tener intenciones de abandonar el aeropuerto hasta no recuperar las Biblias secuestradas el domingo por las autoridades de la aduana, según la agencia de noticias Associated Press.
Los más de 300 ejemplares de la guía cristiana fueron extraídos ilegalmente del equipaje de los turistas norteamericanos cuando arribaron al aeropuerto de Kunming, en la provincia de Yunnan.
Ante la postura de las autoridades, los extranjeros decidieron que no se irían del aeropuerto sin su cargamento de Biblias, pese a la continua insistencia de los encargados del edificio. “No nos queremos ir sin tomar nuestros libros. Nos ha costado mucho dinero traerlos hasta aquí” dijo Pat Klein, líder del grupo religioso. “Ellos dicen que es ilegal traer Biblias, y si lo hubieramos querido deberíamos haber tramitado un permiso con tiempo”.
Sin embargo, los oficiales de aduana solo mostraron una copia de la insólita ley en ideogramas chinos, sin que los turistas entendieran una sola palabra. «Estamos esperando ver la ley en Inglés», dijo Klein a la prensa el día lunes.
Los ejemplares de la Biblia impresa en chino planeaban ser distribuidos gratuitamente a los ciudadanos locales de la ciudad de Beijing. Durante 20 años el grupo de Vision Beyond Borders de Sheridan, EE UU, ha distribuido 20,000 Biblias en China sin problemas como parte de su misión de “fortalecer la perseguida iglesia» según el Washington Times.
Los oficiales de aduana insistieron al grupo que solo se podía cargar una Biblia por persona dentro de China sin permiso previo. No obstante, Klein aclaró repetidas veces: “No vinimos a causar problemas, nosotros solo vinimos a traer biblias para ayudar a los chinos cristianos”
El incidente destaca el creciente número de restricciones impuestas por el PCCh a creyentes religiosos en China. A pesar de que la constitución china aclama permitir la libertad de culto, el régimen se ha visto continuamente atacado por su falso discurso en torno a la temática.
Según fuentes oficiales del comunismo chino, existen 15 millones de protestantes registrados y 5 millones de católicos en el país. Sin embargo, millones de cristianos no registrados, e iglesias subterráneas encaran una dura persecución en la China actual.
Muchos periodistas opinan que la recepción de los Juegos Olímpicos ha dado al régimen una excusa para aumentar los arrestos y la detención de creyentes religiosos en nombre «de la seguridad de las Olimpiadas».
El caso del secuestro de Biblias acontece a pocos días del arresto de Hua Huiqi, líder de la iglesia no oficial de Protestantes en Beijing, quien fue detenido en la primera semana del Juegos Olímpicos mientras se dirigía a un servicio religioso en Beijing al que asistía el Presidente George Bush.
Otro caso relacionado con la distribución de Biblias impactó al mundo en julio del 2004, cuando una mujer de 34 años llamada Jiang Zongxiu, fue torturada a muerte en la provincia de Guizhu por distribuir Biblias a transeúntes en la capital China.
