Hombre baleado encuentra a Dios después que le leyeran la Biblia
NOTICIACRISTIANA.COM.- La historia de un hombre llamado Drew Anderson, es un ejemplo de cómo Dios brida segundas oportunidades a las personas, informa CBN News.
Drew es un cristiano coreano que creció en Estados Unidos. Durante su juventud estuvo sumergido en las drogas.
El hombre fue adoptado por dos militares y dijo que siempre tuvo ansiedad por conocer su origen.
Además, confesó que sus padres adoptivos se mudaban con frecuencia, lo que generó una desesperación por buscar imitadores que lo aceptaran, así que se hizo amigo de un grupo complicado.
“Quería pertenecer a algo. Necesitaba aceptación por mi situación emocional”.
De esta manera, Drew se involucró en la ingesta de drogas.
Él recuerda: “Me convertí en un forajido, consumiendo drogas todo el día. Empecé a robar a la gente y las puertas al mundo del crimen se abrieron de par en par”, subrayó.
Ataque
Un día, sintió ruidos en su casa y vio a un hombre en su sala robándolo. Él lo sacó con facilidad, pero no se percató que venía acompañado, y uno de ellos detonó su arma contra su cara.
Al ser rescatado, fue trasladado de inmediato al hospital. Cuando despertó no podía hablar y no escuchaba por su oído izquierdo.
Al joven le informaron que estaba vivo de manera milagrosa, y que no podía hablar porque tenía puntos en su boca.
Una enfermera se sentó a su lado y comenzó a leer la Biblia y a orar: «Eso es exactamente lo que quería que hiciera, pero no podía hablar porque tenía puntos en la boca», dijo. Y, durante 90 días, eso fue lo que siguió haciendo el profesional.
La enfermera, que leyó el expediente de Drew, dijo que entendía lo que estaba pasando: “No deberías estar vivo, pero lo estás y Dios tiene planes para ti. Sabes, Dios quiere hacer algo en tu vida”, le dijo.
Conversión
Cuando Drew fue dado de alta, su enfermera le dijo que le prometiera que encontrará una iglesia.
Al día siguiente de haber salido, Drew entró a una iglesia y dijo que, en un instante, sintió que había encontrado lo que había querido toda su vida.
“Se me llenaron los ojos de lágrimas, no sé por qué. El pastor hizo un llamado a cualquiera que quisiera aceptar a Jesús y yo solo pude llorar, hombre”.
“Cuando comencé a leer la palabra, me sentí diferente. Cuando comencé a orar, sentí la paz que siempre había buscado. Empecé a leer sobre mi identidad en un libro y me encontré en el Señor”, citó.
Hoy, Drew dice que está muy agradecido de que Dios le haya perdonado la vida y por la oportunidad que tuvo de encontrar significado y propósito en el tiempo que se le dio.
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