Stripper se transforma tras clamar a Dios: “Hay una vida mejor”
NOTICIACRISTIANA.COM- Una joven de nombre Aicha, llegó a los Estados Unidos como inmigrante, junto a su familia, desde Guinea África.
A pesar de que Aicha, venia de una familia de costumbres conservadoras, la joven decidió alejarse, de la fe de su familia, sintiéndose atraída por experimentar el mundo, y sus aventuras, informa Guiame.com.
Con el tiempo, Aicha se involucró en una relación con una mujer, lo que la llevó a un estilo de vida, lleno de baladas y drogas.
Vida peligrosa
“Me estaba drogando todos los días. Estaba tan drogada, que ni siquiera podía ir a clases”, relató Aicha, en su canal de YouTube.
Cuando la novia, dejó de ser mantenida por un hombre mayor, las dos jóvenes experimentaron dificultades económicas; tanto así, que comenzaron a trabajar como stripper, influenciadas por la cantante Nicki Minaj.
“En ese momento, Nicky estaba en llamas. Lanzó una canción “Rich Sex”, que básicamente trata, sobre si vas a tener sexo con un hombre, es mejor que tenga mucho dinero, canciones que glorifican a las strippers, glorifican el sexo por dinero”, relata Aicha.
“Muchas mujeres, llegan a un punto en que piensan, que la única manera de tener éxito en la vida, es a través de este estilo de vida. Puedes ganar miles, y miles por la noche”.
Visiones del infierno
Luego Aicha salió embarazada; sin embargo, al saber que sería una madre soltera, decidió abortar al bebé. “Fue triste. Fue un momento muy, muy difícil. Entré en depresión. Me sentí inútil durante mucho tiempo. Me equivoqué, por supuesto”, confesó.
Sumergida en un estilo de vida deshonroso, Aicha comenzó a alucinar el infierno, cuando consumía drogas. “Tuve visiones de fuego. Vi estas figuras con un dolor insoportable. Estaban gritando”, dijo.
Una noche, mientras trabajaba como stripper, la joven vio varias cruces, dentro del club. Al llegar a casa, clamó a Dios desesperada.
Pidiendo ayuda a Dios
“Dios, no sé si estás ahí. No sé si te acuerdas de mí. No sé si puede oírme. No sé qué hacer. Me metí en una situación. Estoy asustada y perdida, por favor, ayúdame”, dijo.
Al día siguiente, tuvo una visión de una luz blanca, y una voz que le dijo: “Aicha, empaca tus cosas. Tienes que ir a casa. Tus padres te necesitan. Todo va a estar bien. Te demostraré que Jesús es real”.
Desde ese día, la joven volvió con su familia, y aceptó a Jesús, y fue discipulada, en una iglesia local.
Allí, Aicha recibió la palabra profética, de que tendría un futuro bendecido. Jesús le devolvió la vida, y se casó con un hombre de Dios, con quien ahora tiene un hijo, y quien la acogió, con todas sus vergüenzas, y todas sus penas.
“Le doy toda la gloria a Dios. Pasé por mucho, hice mucho, y no estoy orgullosa de ello. Se que Dios me permitió pasar por esto mismo, para poder venir y decirle a la gente, que hay una vida mejor”.
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