Arrojan al fuego a niño de 3 años por ser cristiano
NOTICIACRISTIANA.COM.- Bedru (nombre ficticio por razones de seguridad) vive en Etiopía y era musulmán, como la mayoría de la comunidad local. Un día, sin embargo, conoció a Jesús y decidió seguirlo y convertirse en cristiano.
La familia de Bedru también se convirtió y, desde entonces, han sido tratados como “ciudadanos de segunda clase”, según Puertas Abiertas.
Desde que los vecinos los vieron con la Biblia en la mano, los insultos se hicieron frecuentes. La persecución se convirtió en parte de sus vidas. Fueron apedreados, incendiadas sus casas y destruidos sus cultivos.
Turba musulmana extremista arrojó al hijo cristiano
El día del incendio, el hijo menor del cristiano Bedru, de sólo 3 años, se enfrentó a una violencia terrible: “Cuando salimos corriendo de nuestra casa en llamas, la multitud agarró a mi hijo y lo arrojó al fuego. Corrí hacia las llamas y lo rescaté”.
Incluso en ese momento, la familia alababa a Dios y cantaba un cántico que decía: “¡Rey del cielo y de la tierra! Señor, ten piedad de nosotros.» Observaron la destrucción de todo lo que poseían, pero nada pudo destruir su fe en Jesús. Bedru también logró salvar parte de su ganado.
Adolescente presionado para regresar al islam
Rosa (nombre ficticio), la hija adolescente del cristiano Bedru, también testifica sobre el sufrimiento que enfrentan los musulmanes. Ha sido presionada para que abandone a Jesús.
“Me dijeron: ustedes eran musulmanes, pero nos dieron la espalda cuando se hicieron cristianos. Vuelve con nosotros o nunca te casarás”, recordó.
La respuesta de Rosa fue rápida y reveló lo que había en su corazón. “Le respondí: estoy casada con Jesucristo. No te preocupes si me quedo soltera, tengo un Señor que me cuida”.
Como Rosa es miembro de la única familia cristiana del pueblo, es poco probable que encuentre otro seguidor de Jesús que sea su marido.
En contextos de persecución, aunque las mujeres cristianas sueñan con casarse con alguien que las ame y con quien puedan formar una familia feliz, la realidad no siempre es esa.
Muchos musulmanes radicales se sienten alentados a ganarse a las jóvenes cristianas, se casan con ellas prometiendo respetar su fe, pero terminan prohibiéndoles asistir a la iglesia.
Además, las esposas jóvenes sufren abusos emocional, físico y sexual y, en general, se ven obligadas a seguir el islam. Cuando las niñas son las únicas cristianas de la familia, sus verdugos están en casa y suelen ser sus propios padres, hermanos, tíos y primos. Encierran a las niñas en casa, las entregan en matrimonio a algún religioso radical o incluso las matan para “restaurar el honor de la familia”, según ellos.
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