Adoradores de imágenes: ¿Cuándo comenzó la idolatría?
NOTICIACRISTIANA.COM.- La iconodulia o iconodulía es el término con que se le conoce a la adoración de imágenes.
Esta práctica genera debates entre las denominaciones protestantes del cristianismo con la iglesia católica y ortodoxa (estás dos últimas denominaciones realizan esta práctica).
El punto central de este debate es que los protestantes aseguran que la iconodulia en realidad es una forma de idolatría, y según la Biblia, es una falta grave hacer representaciones de Dios en la tierra y adorarlas.
Desde el punto de vista religioso, la idolatría es la adoración a un ídolo que toma el lugar de Dios y es adorado como si lo fuera, indica el portal Concepto definición.
La idolatría suele ir acompañada de algún tipo de ceremonia o rito destinado a algo diferente a Dios.
Primeras imágenes de Jesús
La iglesia cristiana primitiva no profesaba la adoración de imágenes, pero sí utilizaban algunos símbolos que los representaban como el Ichthys (pez), el Lábaro (Chi-Rho) y un ancla.
La iglesia primitiva había heredado del judaísmo el rechazo a la idolatría de imágenes. Recordemos lo que dice el Antiguo Testamento en Éxodo 20:4: “No te harás ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra”.
Las representaciones de Jesús más antiguas datan del siglo II y III y se encontraban en las paredes de las catacumbas.
Algunas de las primeras representaciones gráficas de Jesús lo mostraban, por lo general, como un pastor de ovejas.
En diciembre de 2021 arqueólogos de Israel consiguieron un anillo que data del siglo III con la representación del buen pastor.
Cuando acaba la persecución cristiana en el Imperio Romano con el Edicto de Milán (313 d.C), las imágenes de Jesús comenzaron a tener aún más importancia.
Las representaciones de Jesús lo colocaban con una toga real y un halo solar, y también se asociaba al hijo del Padre con la imagen del Buen Pastor, informa un artículo de Wikipedia llamado Representación de Jesús de Nazaret.
¿De dónde surge la iconodulía en la Iglesia?
Con el Edicto de Milán el Imperio Romano, a manos de Constantino I, se permitió la libertad religiosa y cesó la persecución hacia los cristianos.
Cabe destacar, que era una época en donde la mayoría de los cultos eran politeístas y los religiosos paganos le hacían culto a imágenes, estatuillas y símbolos diversos, esto era un gran reto para la evangelización, informa National Geografhic.
La profesora de Filosofía, Marianela Nyville, asegura que la Iglesia Católica, comenzó a utilizar la veneración de imágenes como un modo de influir en los paganos que no sabían ni leer ni escribir.
Las imágenes eran la forma más llamativa y fácil de llevar el evangelio a las clases pobres, que no entendían las misas de los domingos, que para ese momento, eran en latín.
“El arte encuentra en la iglesia católica su lugar de supervivencia”, explicó la profesora parafraseando el libro “La actualidad de lo bello”, del filósofo Hans-Georg Gadamer.
La iconodulia se fue normalizando en el período Bisantino, y se profundizó con la llegada de la iconoclastia
Iconodulía vs iconoclastia
La iconoclastia significa “ruptura de imágenes”. Es la deliberada destrucción de íconos por motivos religioso o políticos.
Un suceso fundamental que generó una fuerte defensa a la veneración de imágenes fue la orden iconoclasta del emperador bizantino León III.
“León decretó una serie de edictos contra el culto de las imágenes que fue llamada la «reforma iconoclasta» o «reforma iconoclástica (726-729)”, indica el portal Wikipedia.
Según los escritos, León III pudo haber tomado la decisión de profesar la iconoclastia por los “reveses militares en la lucha contra los musulmanes y la erupción de la isla volcánica de Tera, que León posiblemente veía como evidencia de la ira de Dios contra la Iglesia por su veneración de imágenes”, indica un artículo en Wikipedia
La primera acción iconoclasta de León III el Isáurico fue cuando quitó una imagen de Jesús colocada de manera destacada sobre la puerta de Calcis, para ser reemplazada con una cruz.
Algunas de las personas designadas para hacer el cambio en las imágenes fueron asesinadas a manos de inóculos (defensores de la veneración de imágenes).
Al parecer, el emperador se sorprendió de la fuerte oposición que tuvo la destrucción de imágenes sagradas.
Una gran mayoría de los teólogos y casi todos los monjes se opusieron a las medidas iconoclastas, y en la parte occidental del Imperio el pueblo rechazó obedecer el edicto.
Para ese momento, la Iglesia Romana tenía un fuerte carácter iconoclasta, indica la profesora de filosofía Marianela Nyville.
En Italia los papas Gregorio II y Gregorio III mantuvieron una actitud desafiante contra el emperador iconoclasta, realizando varios concilios para excomulgar de la iglesia a quienes estaban a favor de eliminar las imágenes “sagradas”. Esto ocurrió entre los años (730 y 732).
Herencia iconoclastia
El hijo de León, Constantino V, fue emperador luego de la muerte de su padre. Organizó el Concilio de Hieria en el 754 donde participaron más de 330 obispos que apoyaron la iconoclasia.
Sin embargo, el concilio de Hieria no pudo apaciguar las prácticas de iconodulía. Los monasterios eran plazas fuertes a favor de la veneración.
Durante ese momento, aparece Juan Damasceno, un monje y teólogo, defensor de la iconodulia en sus escritos y fue el principal oponente de los iconoclastas.
Sin embargo, Constantino reaccionó con gran fuerza he hizo lanzar todas las reliquias al mar y detuvo la invocación a los santos.
El hijo de Constantino, León IV, intentó durante su mandato mediar entre iconódulos e iconoclastas, sin embargo, también tomó fuerte medidas contras las imágenes cristianas.
Posteriormente, la esposa de Constantino, Irene, quien tenía fama de venerar imágenes, fue regente y revocó los decretos del previo concilio iconoclasta celebrado en Constantinopla e Hieria.
La veneración de imágenes duró todo el reinado de Irene y luego de los tres posteriores mandatos.
Segundo período iconoclasta
Luego de más de 30 años en el que se permitía la veneración de imágenes, llega el segundo período iconoclasta que dura desde el 814 hasta el 842.
León V había instituido en el reino la iconoclasia posiblemente por asociar las derrotas militares a la idolatría.
El renacimiento de la iconoclasia se oficializó en 815 por un sínodo celebrado en Santa Sofía.
Luego de León, llegaron los mandatos, también iconoclastas, de los emperadores Miguel II y Teófilo, este último murió, quedando como regente Teodora.
Teodora movilizó a los iconódulos y proclamó la restauración de las imágenes en 843, poniéndole fin al movimiento de iconoclasia en la Iglesia Católica.
Actualidad
Hoy día, la iglesia católica mantiene la iconodulía. Esta denominación esgrime que las imágenes son solo un recordatorio de las realidades espirituales.
Asimismo, los católicos separan la veneración de imágenes con la adoración, asegurando que honran las imágenes pero no las glorifican.
Según la interpretación de la Iglesia Católica Éxodo 20:4 y Deuteronomio 4:15, no se condena la creación de imágenes, sino la construcción de ídolos, esto según la traducción de la palabra pesel.
No obstante, podemos ver con facilidad como la Iglesia Católica muestra gran devoción por las imágenes, como si se tratara del mismo Dios.
Por su parte, las denominaciones protestantes conservan la enseñanza de la iglesia primitiva, la cual evita a toda costa la adoración de ídolos, así como lo ordena Dios en Deuteronomio: 5:8-9.
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